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martes, 3 de octubre de 2017

Camino al Narcoestado



Por: Mtro. Eduardo García Anguiano.


La elección de gobiernos al constituir poderes públicos es asunto de seguridad nacional.


         Con las desgracias de septiembre se intensificó la discusión sobre la inmoralidad del dinero de los partidos políticos, donde se tiene un esquema de financiamiento predominantemente público a diferencia de otros países donde es privado. 


         Probablemente los partidos verán algo o totalmente mermados sus recursos para las campañas del año que viene, lo que para unos suena políticamente correcto dada la coyuntura de tragedia casi nacional, sin embargo, poco se ha mencionado sobre lo que pudiera suceder dado el caso. Veamos:


Primero.- Los candidatos para los cargos de orden federal y local buscarán dinero para sus campañas políticas, pues en este sentido se parecen a los bancos: se mueven con dinero ajeno; los menos aportarán de su bolsillo.


Segundo.- Acudirán a sus partidos para ver que obtienen pero la gran mayoría recibirá ayuda moral y esta no financia los gastos de campaña ni la movilización para sacar a los votantes y no paga a los representantes para las casillas.


Tercero.- Si los candidatos no obtienen recursos de sus partidos acudirán a buscarlos con empresarios, aportaciones de militantes, colectas y rifas, hasta aquí suena algo bien, salvo lo de los empresarios pues quedarán atados a ellos; otros recibirán propuestas de recursos del crimen organizado, como ha sucedido ya.


          ¿Cuáles son los escenarios? Se podrán apretar el cinturón y con el recurso que recaudasen de fuentes lícitas hacer campaña a pie y en redes sociales, buscarán voluntarios para los representantes de casilla y rogarán a sus divinidades para que la gente salga a votar por ellos.


          Otro escenario sería aceptar los dineros ilícitos de los grupos delictivos y/o de los gobiernos y empresas que los apoyen, así vendarán su alma al diablo a cambio de llegar al poder bajo esta fórmula: a menor dinero lícito, más dinero sucio.


          Los controles que pudieran poner el INE y los gobiernos para evitarlo, no tendrán grandes efectos pues no hay suficiente estructura institucional para supervisar y sancionar un tema nuevo por su magnitud.


          Si los partidos políticos no tienen dinero para campañas y existen antecedentes de dinero ilegal de gobiernos y empresas en las mismas, así como recursos del crimen organizado para candidatos ambiciosos o damnificados, no hay nada sólido que garantice lo contrario en los procesos electorales venideros, ¿bastará la palabra de los candidatos de no recibir dinero ilegal para sus campañas?


          Si se quiere pasar del esquema de financiamiento predominantemente público al predominantemente privado para partidos políticos, el camino puede ser gradual: el primer año podría bajar la proporción de dinero público y aumentar el privado, al segundo el dinero privado podría ser superior al público y finalmente al tercer año se podría tener la predominancia del dinero privado sobre el público.


          En paralelo se podrían ir perfeccionando los mecanismos de fiscalización y sanción para evitar el dinero ilícito en las campañas políticas. La reducción de cargos plurinominales es compatible con estos esquemas.


          El poeta inglés Lord Byron expresó: “Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo”.







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