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lunes, 27 de mayo de 2013

Seguridad Nacional en el Plan Nacional de Desarrollo


Por: Mtro. Eduardo García Anguiano.



Intereses y objetivos nacionales articulados a la política de seguridad, defensa y seguridad interior, superan la visión “territorialista” que derivó sólo en la lucha ante riesgos nacionales.


Son diversos los documentos de la propuesta de seguridad del gobierno actual: el discurso del Palacio Nacional y el Pacto de Chapultepec mostraron algunas señales, posteriormente se emitieron los lineamientos para la Gendarmería y recientemente en el Plan Nacional de Desarrollo 2013 – 2018 (PND), se contiene ya a la seguridad nacional, defensa, seguridad interior y a la seguridad pública.


El Programa para la Seguridad Nacional 2009 – 2012 dispuso en su capítulo de Objetivos como interés principal la línea de defensa del territorio nacional ante lo que amenazaba la sobrevivencia, por lo que situó en su Diagnóstico de “Amenazas a la Seguridad Nacional” a: la delincuencia organizada, narcotráfico, grupos armados, terrorismo y vulnerabilidades en fronteras.


Asimismo, precisó como “Riesgos a la Seguridad Nacional” a: los conflictos políticos y sociales, pérdida de cohesión social, dinámicas migratorias, pandemias y epidemias, medio ambiente y calentamiento global y desequilibrios en el desarrollo nacional.


Ahora en el PND se supera la postura geográfica que derivó en la lucha ante los problemas mencionados, para dar paso a una nueva visión en tres apartados explícitos: seguridad nacional, defensa exterior y seguridad interior, si se emplea la misma terminología del Plan, además de desprenderse los intereses y objetivos nacionales de la “Introducción y Visión General” y de la parte titulada “México con Responsabilidad Global”, ya con elementos de una incipiente visión geopolítica.


Lo anterior permite un comentario sobre la seguridad nacional en el PND con base en la identificación de un proyecto que contenga intereses y objetivos nacionales, así como los elementos de la política de seguridad nacional a emprender.


Nivel Estratégico.- Al ver por el largo plazo definió como interés nacional en el apartado de “México con Responsabilidad Global”, el que México puede consolidarse como potencia emergente, diferencia fundamental con anteriores textos programáticos ya que la seguridad nacional no sólo atiende riegos, sino que vela por aspiraciones y objetivos dentro de un proyecto de nación.


Se concatena con el objetivo del Plan: “Llevar a México a su máximo potencial”, y se mencionan cinco metas: México en Paz, México Incluyente, México con Educación de Calidad, México Próspero y México con Responsabilidad Global como propósitos de mediano plazo si nos atenemos al horizonte sexenal.


Nivel de Política de Seguridad Nacional.- se articula en dos partes en el apartado con este nombre y en el de Defensa Exterior y Seguridad Interior, con uno objetivo programático y cinco estrategias, además de sus líneas de acción, que se pueden apreciar en: http://www.presidencia.gob.mx/plan-nacional-de-desarrollo-2013-2018-2/


Resalto las cinco estrategias que nos ilustran cómo custodiar las aspiraciones y metas nacionales: 1) Preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano, 2) Preservar la paz, la independencia y soberanía de la nación, 3) Fortalecer la inteligencia del Estado mexicano para identificar, prevenir y contrarrestar riesgos y amenazas a la seguridad nacional, 4) Fortalecer las capacidades de respuesta operativa de las fuerzas armadas y 5) Modernizar los procesos, sistemas y la infraestructura institucional de las fuerzas armadas.


Más adelante, el nivel programático institucional y sus tiempos arrojarán mayores elementos sobre el trascendente tema de la seguridad nacional; recordemos la frase de Churchill: “El precio de la grandeza es la responsabilidad”.


@EGAnguiano



miércoles, 22 de mayo de 2013

La Criminológía: Sus Cuatro Clases Básicas
de Integración Teórica-Práctica

Por: Criminólogo José Alfredo López Martínez

Uno entre tantos problemas que existen en criminología, es la constante y sobresaturada creación de nuevas “clases de criminología”, creamos nuevas corrientes sin que nos demos la oportunidad de terminar de comprender las ya existentes, en nuestra lucha por querer acceder al conocimiento criminológico, caemos en el absurdo circulo vicioso al volvernos repetitivos y demasiado obsesivos teóricos, así como los legisladores de México, hacen miles de leyes para resolver las problemáticas de nuestros país, como si por arte de magia todo se resolviera y no se dan cuenta que muchas de estas leyes son de papel, inservibles, inoperables, idealistas, incongruentes con la realidad; de la misma manera estamos en criminología, queremos crear nuevas corrientes por cada fenómeno o problemática que estudiamos, sin que estas sean operables, congruentes y sobretodo útiles en su aplicación.

Actualmente lo que requerimos es comprender las clases de criminología ya existentes, para darles seguimiento y estructura, integrar los nuevos conocimientos a estas, para posteriormente hacerlas prácticas y funcionales.  

El criminólogo desde mi particular punto de vista, requiere imprescindiblemente optar por algunas clases básicas de criminología ya existentes, que le permitan ser un profesionista  completo en su formación teórica -practica, requiere de plataformas sólidas donde reposar sus ideas, para dar congruencia, dirección a lo que desea estudias y como lo debe de estudiar.

Un gran criminólogo expresa que el concepto y el fin de la criminología vienen determinados por el contenido y función que se le asignen. Para él – conceptualmente hablando –cabe distinguir cuatro clases de criminología: científica, aplicada, académica y analítica. Ahora bien, estas cuatro, formas parte del mismo “todo criminológico” (López Rey. 1975).

Las Cuatro Clases Básicas de la Criminología:

La Criminología Científica.- Se constituye por el “conjunto de conceptos, teorías, resultados y método que se refiere a la criminalidad como fenómeno individual y social, al delincuente a la víctima, a la sociedad en parte y, en cierta medida, al sistema penal”. La finalidad esencial de la misma, por consiguiente, será la de proveer un conocimiento científico del fenómeno de la criminalidad, conocimiento que, debido a su cientificidad, estará sujeto a contradicciones críticas y a diferenciaciones. De esta manera, todo el aparato organizativo de la criminología científica se orienta no a la finalidad didáctica, sino de investigación (adecuándose a una serie de exigencias científicas y metodológicas, y en directa persecución de objetivos no necesariamente prácticos).

La Criminología Aplicada.- Se integra por “las aportaciones de la criminología científica y de la empírica”. Esta última no siempre es ortodoxa; es creada por jueces, funcionarios, profesionales, etc., que forman parte del sistema penal  (policía, procedimiento penal, código penal, administración de justicia, tratamiento institucional, semiinstitucional y en la libertad, incluso la prevención del delito, si bien esta puede encontrarse, en medida considerable, fuera del propio sistema penal).

La aplicabilidad es susceptible de darse como consecuencia de la formulación de una nueva o reformada política criminal, en un programa, en una práctica concreta, o en cualquier actividad del sistema penal que necesite de la criminología, sin olvidar el importante capítulo de la vía administrativa (circulares, reglamentos, órdenes, etc.), aunque este resulte de una aplicación criminológica harto discutible y frecuentemente contradictoria.

La Criminología Académica.- Tiene una caracterización fundamentalmente descriptiva y está constituida por la “sistematización, a efecto de la enseñanza o diseminación del conocimiento de la criminología en general”, constata lo que se ha hecho (historia, teorías, metodologías, aplicabilidad, etc.) y lo que aún queda por realizar generalmente por un acepto crítico. Sin embargo, su finalidad no es analítica ni de investigación científica, aunque esta no es descartable dentro de los planes de enseñanza. En definitiva, se trata de una criminología didáctica, basada en la exposición sistemática, en tanto que la científica se fundamenta en la investigación y la aplicada se orienta a la práctica. Constituye un vehículo de especialización profesional.

Criminología Analítica.- Que tiene como finalidad “determinar que si las otras criminologías y la política criminal cumplen su cometido”. Realiza, pues, una función fiscalizadora de los hechos, de lo que se hace y de lo que se deja de hacer, indicando lo que debe hacerse, y combina la tarea analítica y la constructiva. El maestro justifica su existencia por razones científicas y políticas, para atemperar las frecuentemente desmedidas pretensiones de la criminología científica, la lamentable insuficiencia de la aplicada, la superficialidad notoria de la académica y los errores de la política criminal, cuando la extensión de estos defectos requiera de análisis y corrección, labor ardua, compleja y, además, incomprendida con las frecuencia de lo deseable.


La noción analítica se distingue de la meramente crítica en que esta suele formular un juicio sin penetrar debidamente en lo criticado, en tanto que el análisis va más allá, desmenuzando el todo en partes, examinando aquel y estas y buscando una recomposición que permita la valoración de una tesis, programa o política determinada.

La criminología analítica consiste en un análisis sistematizado de sus diferentes quehaceres y de sus propios fundamentos automáticos con carácter científico, lógico y político para ocuparse de acuerdo con la política criminal, de un fenómeno sustancialmente sociopolítico: la criminalidad. En resumen: la criminología analítica se encamina en demostrar la validez o invalidez de lo que se afirma criminológicamente.

Estas cuatro clases de criminología permiten al criminólogo, sentar las bases donde resolver sus necesidades y problemáticas teórico-prácticas, cada una de estas,  nos fortalece en lo académico, teórico, practico-laboral y sobre todo en lo que hemos hecho y dejado de hacer para mejorar nuestra ciencia.

Por lo tanto, analicemos, sobre la utilidad y operatividad de cada una de estas clases de criminología, llevándolas a nuestra realidad social y científica.

alfredo_lmc@hotmail.com




domingo, 19 de mayo de 2013

Ahora en Estados Unidos se Regalarán Armas de Fuego


Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes.


Si, aunque usted no lo crea, no cabe duda que a veces hay que salir de la caja para poder romper paradigmas y resolver los problemas que aquejan a nuestra sociedad, a lo largo de la historia hay muchos ejemplos de ideas innovadoras y hasta poco ortodoxas para resolver los problemas de delincuencia alrededor del globo, y la colaboración de ésta ocasión trata de una estrategia así.

El Proyecto de Ciudadanos Armados o ACP (por sus siglas en inglés http://armedcitizenproject.org/) está dedicado a facilitar armas de fuego (bajo ciertos parámetros) a ciudadanos de forma gratuita en áreas criminalmente complicadas, y a analizar la relación entre la disponibilidad de las armas de fuego por parte de los ciudadanos y el aumento de los índices delincuenciales debido a éstas. Ésta iniciativa fue creada por Kyle Coplen, un graduado de la Universidad de Houston, en un principio sólo abarcaría dicha ciudad pero fue tal el impacto que ya se está desarrollando en las principales ciudades de la unión americana. La organización proporciona las armas de una naturaleza defensiva (pistolas semiautomáticas y escopetas) a ciudadanos después de haber comprobado ser mayor de edad, no tener antecedentes penales y haber recibido capacitación sobre seguridad de las armas de fuego, legalidad y técnicas y tácticas defensivas. Éste movimiento está patrocinado por particulares, así como fábricas de armas y asociaciones pro armas de fuego y la propuesta ha sido recibida de una forma excelente por gran parte de la sociedad norteamericana (pese a lo que pudiéramos pensar)


¿Qué es lo que se espera probar el Proyecto de Ciudadanos Armados?


Demostrar el fracaso total de la política sobre las armas de fuego y su relación “según los políticos” con los altos índices delictivos, ya que los factores que generan la violencia y la delincuencia no solo tienen que ver únicamente con las armas de fuego sino con el sistema educativo, empleo, salud, en fin la mejor política criminal es una buena política pública.  Muestra de lo antes mencionado es que en Canadá (según datos de la ONU), hay más armas per cápita que en Estados Unidos e índices delincuenciales mucho más bajos.


No hay q ser doctos en la materia legal para darnos cuenta que la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos en vigor en la República Mexicana está ya rebasada por mucho por las circunstancias actuales del país ya que data de 1970 y entró en vigor con el afán de prevenir que “grupos comunistas" se armaran, es hora de buscar soluciones creativas e innovadoras para resolverlos problemas sociales, y no sólo en materia de armas de fuego sino en todas las aristas de este problema poligonal llamado seguridad pública, como decía Confucio: “No esperes resultados diferentes haciendo las cosas de la misma forma”. Es importante contar con una clase gobernante que esté dispuesta a correr riesgos y no a repetir los mismos discursos demagógicos a los que ya nos tienen acostumbrados. En hora buena a Kyle Coplen por esta iniciativa, que aunque  radical para algunos sé que demostrará su cometido.


jueves, 16 de mayo de 2013

“Estado de Sitio… ‘ilegal’…”



Por: Maestro Eduardo García Anguiano



Irrumpe en México un “Estado de Sitio de facto” en diversas partes del territorio nacional.


Las definiciones del concepto Estado de Sitio son varias, algunas hacen énfasis en lo político otras en lo jurídico, coinciden en que es un régimen de excepción ante situaciones especiales con las características en tiempo y forma regidas por una modalidad legal suprema. 


El término es similar al de estado de guerra con facultades preponderantes de las fuerzas armadas para los actos de control y represión; generalmente durante él se suspenden las garantías individuales en mayor o menor medida, según cada constitución y legislación nacional. 


Para la persona común el Estado de Sitio implica no trasladarse a ciertas horas, no reunirse en actos públicos, ser detenido para investigación sin las modalidades procedimentales, en fin, no realizar las actividades que prohíba el gobierno durante el tiempo y en el lugar donde se aplique esta medida excepcional.


Ahora bien, en diferentes lugares del país se vive en la práctica una situación semejante a la que se derivaría de dicho Estado:



  • En Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Sonora, Chihuahua, Estado de México, Puebla, Colima y Tabasco, existen grupos de autodefensa que colocan retenes impidiendo el libre tránsito y revisando los bienes materiales de la población.
  • En tramos de las carreteras de Michoacán, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas se ha limitado la libre circulación por actos de violencia.
  • En algunos municipios los ciudadanos son tratados ante faltas administrativas o asuntos de vialidad por las fuerzas armadas, porque han sustituido a las policías locales. 
  • En otros municipios las policías municipales no responden a peticiones del ciudadano porque obedecen a intereses ajenos de los poderes fácticos.
  • Algunas empresas han abandonado su lugar de trabajo ante la difícil situación, lo que imposibilita la libertad de dedicarse a la actividad económica que se desea, siempre y cuando sea legal.
  • Muchas familias se han desplazado a sitios distintos a los de su residencia habitual y algunas hasta el extranjero, por los hechos o presiones de que han sido objeto.
  • Existen organizaciones clandestinas que cobran cuotas por realizar actividades productivas permitidas en la ley.
  • Se han presentado casos de retención de personas en tránsito migratorio para diversos fines ilícitos.


Esta situación no es el producto de un Estado de Sitio, sino de la actividad de diversos grupos con capacidad de organización y fuerza que pueden imponerla. 


¿Significa lo mismo ser víctima de un delito a lo que estamos enlistando? considero que no, si bien los hechos que citamos son ilegales, su presencia consuetudinaria y modalidades afecta ya a otros campos: trastoca el funcionamiento de las actividades productivas, a la dinámica de los procesos sociales, suplanta el ejercicio del gobierno, su control territorial y la potestad del uso de la fuerza legítima; dicho de otra manera, afecta el destino como sociedad organizada.


La comisión de ilícitos es un asunto de la seguridad pública, lo segundo que se señala es uno de los temas de agenda de la seguridad nacional, porque se empieza a gobernar sólo el territorio que se pisa.


Por eso presenté el título de estas líneas de esa forma, porque en la práctica ocurren hechos que impiden el goce de los derechos humanos y las garantías individuales. Paradójico, en el México regional irrumpe un “Estado de Sitio… ‘ilegal’…”


@EGAnguiano




martes, 14 de mayo de 2013

Prevención de la Criminalidad
Con Participación Ciudadana.


Por: Crimonólogo Roberto Carlos Jurado Palomares



Dentro de los programas de prevención que se han aplicado; se ha detectado varios síntomas reflejados en la sociedad siendo estos el resultado de una correcta aplicación y de su beneficio en la sociedad, no preciso en este momento hablar de una disminución de los delitos o de las incidencias administrativas sino más bien de una correcta Integración de la Ciudadanía y una reducción en los índices de Criminalidad.

Si logramos un amplio interés de la ciudadanía por la participación en programas de prevención de la criminalidad, podremos lograr una magnifica amalgama entre autoridades y sociedad a través de grupos integrados por ciudadanos y servidores públicos que puedan fungir como observadores y críticos constructivos de los problemas que aquejan a la sociedad desde su particular óptica.

No podemos crear un programa general de prevención de robo de vehículo solo para hacer ver a la ciudadanía que en todo el Estado se está trabajando en ese tema, debemos de valernos de grupos académicos que creen una batería de expertos (que también son ciudadanos) que pertenezcan a la región y que brinden una radiografía de cómo está el problema en su municipio, tal vez en el municipio de Pahuatlán (solo por mencionar un Municipio de referencia) ni siquiera represente frecuencia de este delito. El análisis debe de salir desde el mismo municipio y lograr un colegiado; basado en un mapeo y en la incidencia delictiva para después de un análisis crear programas de Prevención de la Criminalidad, programas que se aplicaran de acuerdo a los análisis y ya no serán palos de ciego o un programa “General”, será un programa logrado a través de análisis y, que servirá solo para ese Municipio para el cual fue creado.

De esta forma podremos lograr ahora si una disminución de los índices delictivos ya que se ha logrado una correcta aplicación del programa. Pero, el punto fino aquí es que ya involucramos a la Sociedad en los programas de prevención de la criminalidad; y estos a su vez servirán de multiplicadores para la aplicación de una constante Política Criminológica que surge desde donde se genera el problema se propone una solución, se evalúa las oportunidades que se tienen y se crea una constante renovación en los programas de Prevención de la Criminalidad.

Dejemos pues de criticar al ciudadano por no denunciar ya que no denuncia por que no tiene la confianza en un servidor público comúnmente tachado de corrupto o de ineficiente, mejor integrémoslo e involucrémoslo para que su óptica sea diferente. Que él esté implicado de manera transversal; pero que también sea responsable de la seguridad ciudadana. Y también incorporemos a los servidores públicos para que se especialicen en la aplicación de programas de Prevención de la Criminalidad.

Nada se va a lograr con un policía por ciudadano o armando a la ciudadanía, es un problema que se debe de solucionar en conjunto y con programas asertivos en materia de prevención de la criminalidad.

La constante lucha del ser humano por vivir en sociedad se ve minada al momento de ser invadida por actos o acciones que lo o los lesiona en su familia, comunidad o municipio, y en su mayoría buscan una seguridad pública de reacción inmediata que le brinde solución a al problema.

Si no existe una cultura por la prevención de la criminalidad no podemos hablar de servicios de seguridad pública en materia de prevención ya que estos serian más bien de reacción, apostemos a la integración de los servicios de seguridad pública y de los servicios de seguridad ciudadana.

La necesidad de una firme creación de programas para la Prevención de la Criminalidad no obedece a un constante cambio sino más bien a una adaptación necesaria para cada una de las diferentes regiones de nuestro Estado, se requiere también de una contante evaluación para que se estime la funcionalidad de los Programas de Prevención de la Criminalidad, de los aplicadores, de los responsables de los programas y de la misma ciudadanía recordemos que nuestra delincuencia es el síntoma de nuestra sociedad; y que cada Ciudad tiene la delincuencia que se merece.



lunes, 6 de mayo de 2013

Estados Unidos: Oportunidad o Riesgo 


Por: Maestro Eduardo García Anguiano.


No existe un diseño de seguridad nacional que nos permita inscribir a Estados Unidos de América o a otros países, en el marco de un proyecto de nación ante el mundo.


Cada que se realiza una visita de un Presidente de Estados Unidos de América a nuestro país o viceversa, surgen un sinfín de comentarios, unos en torno a la agenda y cuestiones logísticas, otros sobre la relación bilateral con temas como el comercio, las drogas, la migración, fronteras y últimamente la seguridad.


Por supuesto que si nos atuviéramos a una perspectiva histórica diríamos que este país es un riesgo para el nuestro, ya que al no haber compartido un pasado común, el presente es por lo menos, incierto.


¿Esta es la única visión? Claro que no, existen otras más allá de verlo como un territorio de primer mundo, como se aprecia en algunas personas que hasta lo llaman Estados Unidos de Norteamérica. 


Durante muchos años la política exterior nos permitió por lo menos tener una postura congruente ante los acontecimientos mundiales y el papel que han jugado los Estados Unidos de América en ello.


En los últimos tiempos se vislumbró la falta de orientación sobre el tema, desde intentar obtener todo en aspectos migratorios expresado en la famosa “enchilada completa”, la carencia de una postura ágil ante los atentados que sufrieron las torres gemelas porque al Presidente “lo operaron”, hasta emprender una colaboración antidroga sin un diseño estratégico en términos de país, ya que no había de otra porque el responsable “no declaró la guerra”.


Hoy, este país sigue siendo el ogro de nuestros males, pero la oportunidad ante nuestras deficiencias, ejemplos: 


  • Los americanos consumen mucha droga, 
  • Trafican con armas peligrosas, 
  • Violan los derechos humanos de los paisanos, 
  • Se entrometen en asuntos internos o; 
  • Estudia en una universidad americana, 
  • Compra ropa buena y más barata en la frontera, 
  • Ve al médico a Estados Unidos porque a Cuba, sólo Chávez, 
  • Vamos a buscar chamba y 
  • Apostemos en Las Vegas. 

Estas frases cotidianas no pueden ser la expresión de nuestra visión temática nacional hacia el país vecino, ya que reflejan el vacío en las concepciones de largo plazo. 


Requerimos pensar al menos en: 


  • Escenarios de futuro inmediato y de largo plazo, 
  • Perfilar políticas ante la situación mundial, 
  • Dejar atrás la seguridad en términos de atender sólo problemas para privilegiar oportunidades y, 
  • Estimar nuestro poder nacional para definir qué papel queremos desempeñar en el siglo XXI dentro del concierto de naciones. 

Así, la agenda de qué vamos a hacer en caso de: un estallido o falla nuclear en territorio fronterizo, si se cortan los flujos petroleros por guerras, si hay conflictos bélicos de Estados Unidos con países con los que tenemos comercio, si reformamos las leyes energéticas, cómo participamos en el Consejo de Seguridad de la ONU, si cooperamos en ejercicios militares conjuntos o si recibimos asistencia técnica para la seguridad, se inscribirá dentro de un diseño estratégico de seguridad nacional. 


En suma, si bien no tuvimos un pasado común, es mejor caminar con sentido de futuro.


@EGAnguiano



jueves, 2 de mayo de 2013

La Mutación de los Cárteles


Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes.



Es un hecho innegable que el crimen organizado en México ha mutado y ha pasado del mero tráfico de droga a una función superior que incluye y rebasa a la anterior, la explotación mafiosa del territorio.


La nueva naturaleza de los aparatos delictivos como un híbrido que combina la extorsión, el secuestro y otros delitos locales, un contrapoder que en 2013 ha provocado la aparición en zonas rurales de grupos civiles armados que se alegan su legitimidad de imponer orden por su cuenta (las comunidades con “autodefensas”) poniendo como pretexto la incapacidad del gobierno. Todo esto es una señal bastante clara y es muestra de la necesidad de una mayor “presencia institucional” en algunas partes del territorio mexicano.



La transformación del crimen se ha producido por la entrada de nuevos actores en el ecosistema tradicional de la delincuencia. El cambio se verifica cuando entran dentro del mundo criminal grupos que no tienen especialización en el tráfico de droga, sino que vienen de mandos militares cuya característica es la capacidad de manejar la violencia para controlar el territorio. Nacen para proteger las rutas de los carteles, pero gradualmente evolucionan, controlan un territorio y empiezan a autofinanciarse con las rentas obtenidas en la zona que controlan, el ejemplo más claro son "Los Zetas", una mafia construida originalmente por ex soldados de élite, y a otros grupos como “La Familia Michoacana”, que se convertirían en “Los Caballeros Templarios” o de las pandillas en el norte del país como “Los Aztecas” y “Los Mexicles” que eran vendedores de droga y poco a poco (a base del uso de la violencia) han logrado su independencia.



Estemos de acuerdo o no con la política del ahora expresidente Calderón en materia de seguridad es un hecho que los grupos delincuenciales si fueron muy vulnerados en sus estructuras y funcionamiento así que desde hace unos años han tenido que ampliar su base de ingresos, si hay droga es droga, si no es secuestro, tráfico de migrantes, trata de personas, contrabando, robo de combustible, control de los mercados informales y ofrecimiento de seguridad. ¿Seguridad contra quién? Sustancialmente, contra ellos mismos. Tú me pagas, yo no te ataco.


La guerra de los carteles por el territorio también ha afectado al gran negocio tradicional, el trasiego de cocaína, que se ha ido desviando de México por problemas de logística y hay indicios de que la ruta mexicana hoy en día no es importante ya que hay otras que quizás son más rentables y menos arriesgadas (como la del Caribe). Según datos de la ONU: de 24 toneladas de cocaína en 2009 a poco más de tres en 2012, según sus datos. La causa puede ser una mezcla de obstrucciones de paso entre mafias con un refuerzo de la seguridad. Estimaciones de Estados Unidos indican que por el Caribe pasa un 10% de la coca que llega a Norteamérica (pero éstas cifras se quedan cortas). Además de la opción caribeña, hay vías marítimas alternativas. las rutas se pueden abrir haciendo viajar barcos o contenedores a regiones muy lejanas y redirigiéndolos después a su destino. Para desviar la atención.


En este contexto de lucha por el control del territorio, los planes del nuevo gobierno mexicano se están adecuando más que los del anterior a las necesidades de seguridad del país. Se busca pasar de un enfoque represivo a otro preventivo. El expresidente Calderón operó en un momento en el que la violencia ya se había desbordado. No había posibilidad de hablar de prevención con los focos de la violencia ya encendidos. Y fue un proceso en el que la violencia generó más violencia”.


Esperemos que ésta vez exista una política criminal real que permita dar un servicio de Seguridad Pública digno y que se adecue a las necesidades reales y actuales de la ya tan golpeada sociedad mexicana.


hidalgomontes@gmail.com