La Negación del Narcoterrorismo pone a los Cuerpos Policiales y Fuerzas Armadas como Carne de Cañón
Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes
El pasado miércoles 28 de junio
ocurrió una explosión de un coche bomba en la localidad del Sauz de Villaseñor,
en Celaya, Guanajuato. Este ataque, dejó hasta el momento, un saldo de 9
elementos de la Guardia Nacional heridos y uno que lamentablemente perdió la
vida. Todo apunta a que podría tratarse de una nueva emboscada con explosivos,
una técnica que utilizan grupos dedicados al narcotráfico en ese estado para
sembrar el terror. En pocas y llanas palabras, este fue un evento de
narcoterrorismo.
El uso de artefactos explosivos
caseros por parte del crimen organizado no es algo atípico. En días recientes
se dio a conocer la explosión de una mina terrestre antipersonal sembrada en
el municipio de Apatzingán, Michoacán, luego de que una unidad del
Ejército Mexicano pasó por un camino de terracería que conduce a la comunidad
de Los Llanos. Este incidente dejó a cuatro elementos lesionados que tuvieron
que ser hospitalizados en Guanajuato.
Si nos vamos más atrás en la historia
reciente de nuestro país podemos recordar el 15 de septiembre de 2008 en
Michoacán donde, en pleno festejo por la independencia de Mexico, arrojaron una
granada de mano, lesionando a decenas de personas. El carro bomba de Ciudad Juárez
en el 2010 donde resultaron muertas 4 personas (entre ellas un policía
federal), por solo mencionar algunos.
Las declaraciones de la administración
federal han sido muy planas, tratando de minimizar el problema, cuando estos
hechos son más preocupantes de lo que parecen. Es un hecho que tenemos un par
de décadas donde se ha hecho más frecuente el uso de explosivos en contra de
autoridades ya sean estos de fabricación casera, o fruto de robos en caso de
explosivos de uso industrial y/o militar. Lo anterior de formas convencionales como carros bomba artefactos explosivos improvisados hasta formas más sofisticadas a través de vehículos no tripulados (drones).
El Estado Mexicano sigue sin nombrar
las cosas como son, actos terroristas. Lo anterior genera que no se tomen las
medidas necesarias para poder prevenir y/o hacer frente a este tipo de amenazas
que son reales y han cobrado la vida de decenas de personas. Al menos en la
actualidad, no se les capacita a los cuerpos policiales, de procuración de
justicia o en las Fuerzas Armadas (de forma general ya que si hay unidades
especiales que cuentan con este entrenamiento, pero es menor al 1%). Aunque hay
esfuerzos por parte del equipo del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de
Fuego y Explosivos (ATF) destacado en la embajada de Estados Unidos en México
para capacitar a policías mexicanos en estos temas, la verdad es que se vuelve
insuficiente ante el tamaño del reto de darle importancia a un tema que el
gobierno ignora y donde hay más de 400,000 Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir
la Ley (preventivos y ministeriales) y miembros de las Fuerzas Armadas a capacitar
y entrando con esto a la afirmación de aquel proverbio árabe que reza: “Los
ojos no ven lo que el cerebro no sabe.”.
hidalgomontes@gmail.com
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