Espacios Seguros.
Por: Criminólogo Roberto Jurado Palomares.
Una de
las necesidades básicas que requiere satisfacer el ser humano es el de la
seguridad o al menos una buena percepción de esta, diferentes disciplinas se
han dado a la tarea de englobar una serie de factores a los cuales podríamos atribuir
que el ser humano de acuerdo a su capacidad de asimilación va adoptando
patrones y que estos se van reproduciendo y multiplicando de manera cultural.
Con
esto no quiero decir que el ser humano se desarrolle siempre en un entorno
hostil, sino todo lo contrario cuando el delincuente va ofreciendo a su entorno
una serie de satisfacciones que vayan logrando saciar esas necesidades básicas
y la del circulo social al que pertenece eso le generara cierta adaptación a
esos patrones de “supervivencia” entendido esta como una medio por el cual
trascenderá como persona.
Ahora
en cambio si nosotros como sociedad; repito como sociedad ofrecemos una serie
de elementos que vayan saciando esa necesidad de desarrollo social
encontraremos una asimilación al entorno del individuo.
Dicho
en otras palabras no se necesita una reacción policial estrictamente armada, ni
una ampliación en las medidas represivas mismas que han comprobado su
ineficacia sean estas cortas o largas, ni tampoco una intervención clínica a
través de tratamientos.
Partiremos
de crear entornos que nos solo sean agradables sino que también generen esa
sensación de seguridad y que, al mismo tiempo denoten civilidad y pertenencia.
Es en
este apartado en donde empiezan las recriminaciones de responsabilidad ya que a
quien realmente corresponde un entorno social seguro; la respuesta es simple
nos corresponde a todos.
Hablemos
ya pues de las estrategias por la recuperación de espacios públicos en donde
encontraremos como fortaleza un gran esfuerzo por parte del Gobierno (y sus
Secretarias) para poder brindar a la ciudadanía un entorno social seguro
generando una pertenencia y fortaleciendo la cohesión social. Recuperando un
espacio que; de manera ordinaria se consideraba un área de alta vulnerabilidad
ya que anteriormente servía de punto de reunión para maleantes, ruta de escape
para delincuentes e incluso lugar de permanencia de estos grupos.
Ahora
pues vamos a las debilidades; el que seguimos esperando que el gobierno llegue
y nos “rescate” un espacio PUBLICO, espacio en el cual nosotros sabemos
perfectamente los tipos de delitos que se cometen, los horarios e incluso
llegamos a saber quienes los cometen pero no hacemos nada; por qué? Simple
porque aún no me afecta.
Concluyo
no justifico al gobierno por crear estrategias que generen una constante
dependencia del gobernante hacia el gobernado; tampoco justifico al delincuente
en que si los espacios son los adecuados para delinquir, delinquirá.
Me voy
más a la capacidad de adaptación del ser humano y es que nos hemos llenado de
patrones sociales y cotidianidades justificadas como cultura o modus vivendi y
cuando buscamos un cambio en estas, nos es complicado ya que es más fácil dejar
el entorno como esta que modificarlo, nos es más sencillo esperar a que
capturen al delincuente que denunciarlo, nos es más fácil asimilar que la
delincuencia nos ha rebasado que organizarnos, nos es más fácil asimilar una
pena más larga que invertir en estudios del comportamiento criminal, nos es
fácil asimilar todo aquello qué no requiera mi participación.
El
generar un espacio público adecuado a nuestras necesidades puede variar
dependiendo de nuestras costumbre lo que no puede o al menos no debe variar es
nuestra capacidad de asimilación y de pertenencia a un espacio en el cual
estamos viviendo; y esto a mediano plazo abonara a una percepción de seguridad
y a largo plazo a un Espacio Seguro.
Espacio
en el cual necesitaremos de la participación del policía, arquitecto,
ingeniero, deportista, diseñador ambiental, profesores de escuelas, ministros
de fe, servidores públicos, artistas, es decir…de la Sociedad.
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