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domingo, 1 de diciembre de 2013

Inteligencia Compartida
 
 
Por: Eduardo García Anguiano
 


Recientemente los medios de comunicación difundieron que en México existen “Centros de Fusión de Inteligencia” con los Estados Unidos de América, lo que provocó reacciones en su mayor parte de condena al hecho, argumentando básicamente razones de orden político – ideológico.

 
En 2008 el subjefe de la Policía de Dallas, Texas, Brian E. Harvey en el Foro Internacional de Combate a la Delincuencia llevado a cabo en nuestro país, detalló que existían en Estados Unidos 59 centros de fusión en 48 estados de la Unión, en los que participaban 17 mil corporaciones policiales: “se trata de un sistema de comunicación eficiente, rápido y confiable que ha ayudado a tener éxito para esclarecer delitos y capturar a los responsables”, en la resolución de crímenes y en la preservación de información vital, lejos de los delincuentes
http://www.cronica.com.mx/notas/2008/395339.html


Esta información es útil como antecedente para exponer algunas reflexiones sobre el viejo tema del intercambio de inteligencia y dejemos que otros se encarguen de vilipendiar al expresidente.

 
Durante los últimos 20 años hemos conformado una integración con América del norte que empezó por lo comercial y avanza paulatinamente hacia lo militar, por ello no es de extrañarse el tema de los centros de fusión, mas bien, lo sorprendente es que no fueran parte de una política de gobierno de conocimiento generalizado, hasta donde fuese prudente que así lo hubiera sido.


Si ahora es posible leer en medios públicos sobre el tema, hagamos pues un aporte: la integración en inteligencia debiera darse sobre bases legítimas y legales para responder a necesidades tan diversas como protección civil, asistencia en catástrofes, control de fronteras, justicia, cooperación policial, militar y diplomacia.

 
Corremos el riesgo de ser avasallados ante dos países con mayor legitimidad y fortaleza en sus políticas de seguridad nacional y los costos pueden ser más altos que las expectativas del beneficio, si la integración en inteligencia no sucede de manera clara, explícita.


Existen tres vertientes de “aproximación paulatina” que podrían ayudar al recelo de los gobiernos a ceder poderes y delegar soberanía –sobre todo al de México–, por lo que los espacios de esta aproximación podrían ser:


· Determinar un marco de cooperación que resulte atractivo por su capacidad de operación para los tres países y sus servicios de inteligencia.


· Ordenar a todas las organizaciones existentes a través de un sistema que las coordine.


· Acordar una directiva política tripartita que perfile, oriente y evalué en el plano general y una directiva nacional en cada país, que haga lo propio en el nivel intermedio y de concreción.


Tengamos claro que lo primero por determinar es el nivel general de la cooperación soberana, posteriormente un nivel intermedio en el que las prácticas y procedimientos de colaboración se estandarizan y prueban, hasta llegar a un nivel de concreción que permite investigaciones, análisis y actuaciones conjuntas sobre casos específicos.


Si lo anterior no acontece, la consecuencia de la coordinación interinstitucional entre países aparece como limitativa de la soberanía de los Estados, o en el mejor de los casos, de utilidad precaria ante el solapamiento de las instituciones estatales nacionales, lo que va en detrimento de las posibilidades de beneficio útil para nuestro país.


Mucho se puede escribir sobre el tema de la inteligencia compartida, sin olvidar que filtrar información sobre estas actividades responden al dicho anónimo que dice: “La inteligencia es como los calzones, hay que tenerla pero no hay que mostrarla”.


Nota: Por declaraciones del dirigente de los Caballeros Templarios fue la candidata al gobierno de Michoacán quien se acercó a ellos y no funcionarios de la actual administración, como comentamos en la colaboración pasada; peor situación por pertenecer a la familia presidencial.
 

 @EGAnguiano




 

 

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