Cuando
en Materia de Seguridad Ganas, pero en Realidad Pierdes
Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes
Esta semana no ha sido la más tersa para el
presidente de México en materia de seguridad, la DEA dio a conocer su
infiltración al cártel de Sinaloa (la facción de "Los Chapitos" para
ser más preciso). El espionaje del Pentágono hacia la Secretaría de la Defensa
Nacional (SEDENA) y la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR). Ambos
casos indignaron al mandatario (aunque la verdad, secreto, asi que digamos
“¡que secreto era!” pues no) Pero lo que se llevó las palmas y derramó el vaso
de nuestro presidente fue el revés propinado por la Suprema Corte de Justicia
de la Nación (SCJN) a la administración federal encabezada por Andrés Manuel
López Obrador donde 8 de 11 magistrados avalaron como inconstitucional la
transferencia de la Guardia Nacional a la SEDENA.
Este acontecimiento generó cientos de comentarios
de apoyo por lideres de opinión y organismos nacionales e internacionales,
incluso el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Volker Türk publicó en su cuenta de Twitter:
“Resulta fundamental asegurar el carácter civil de
la Guardia Nacional, en consonancia con la Constitución mexicana y los
estándares internacionales de derechos humanos. Espero que la decisión de la
Corte motive un diálogo amplio que contribuya a mejorar las capacidades de las
fuerzas de seguridad civiles y conduzca a una limitación del papel de las
Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
Esto es aún más vital dado que la creciente
militarización de las fuerzas de seguridad en México, en particular desde 2006,
ha provocado un aumento en las denuncias de violaciones de derechos humanos por
parte de las Fuerzas Armadas. A lo largo de los años, mi Oficina y otros
organismos internacionales de derechos humanos han pedido reiteradamente que la
seguridad pública esté en manos de fuerzas de seguridad civiles en México.
Las Fuerzas Armadas sólo deben ser desplegadas en
tareas de seguridad temporalmente, en circunstancias excepcionales,
subordinadas a las autoridades civiles y siempre bajo la supervisión efectiva
de órganos civiles independientes.
La sentencia de la Suprema Corte también subraya la
importancia de la independencia y separación de poderes y la existencia de
contrapesos institucionales.”
Al
día siguiente, miércoles 19 de abril en la mañanera, el presidente mexicano
notoriamente molesto sentenciaba:
“Mi postura sobre la resolución de la suprema corte
de no permitir que la guardia nacional dependa de la secretaría de la defensa
nacional uno 8 ministros de la suprema corte con excepción de 3 actuaron de
manera facciosa el día de ayer y no con criterio jurídico sino político hoy
defendiendo las antiguas prácticas hoy del régimen autoritario y corrupto
caracterizadas por la injusticia el contubernio y la subordinación de las
autoridades a la delincuencia organizada y a la delincuencia de cuello blanco
es decir para entendernos mejor los ministros de la corte con excepción de 3
(los que el propuso) actúan al estilo del gobierno de Felipe calderón y de su
secretario de seguridad Genaro García Luna condenado en Estados Unidos por
narcotráfico”
Ahora bien, lo que podría parecer una victoria para
el Estado de Derecho no lo es tanto, en primera es porque el mandatario
mexicano declaró que le ordenará a la secretaria de Seguridad y Protección
Ciudadana Federal, Rosa Isela Rodríguez, que el general en estado de retiro,
David Córdoba Campos, se mantenga al mando de la Guardia Nacional y que, en un
año, cuando cambie la actual legislatura, y a punto de concluir su mandato lo
volverá a intentar la hoy rechazada transferencia. Por lo que nos quedamos con un
“si, pero no”. Es decir, sí se anula la transferencia, pero operacionalmente
quedaremos igual.
Ya a estas alturas dentro de la sociedad mexicana,
cada vez mas observadora, cada vez mas informada resulta frustrante cómo puede
mas una necedad que la urgencia de proporcionar seguridad de calidad a todos
los mexicanos, se esta dejando morir a las policías locales que son el primer
contacto con la ciudadanía. Se esta dejando a lado que el eje central de
cualquier cambio de paradigma en seguridad es la educación, pero no solo de los
elementos que son los desplegados en campo sino también de los mandos que los
supervisan. Si antes teníamos serios problemas con mandos rezagados, hoy en día
tenemos mas con mandos militares que no quieren hacer funciones policiales, ya
que si entraron a las fuerzas armadas fue por hacer una carrera dentro de estas
y no gracias a un golpe de pluma volverse elementos policiales a través de un
proyecto llamado Guardia Nacional que se ha ido formando a la estrategia de
“prueba y error”
Militares y policías están muriendo todos los días,
la ciudadanía ve vulnerados sus derechos de forma constante y la realidad es
que, en México puede más un berrinche que el bienestar de la población.
hidalgomontes@gmail.com
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