Cuando en Materia de Seguridad la Estrategia es Culpar a Otros
Por: Guillermo Alberto
Hidalgo Montes
A
menos de 18 meses para el término de uno de los sexenios más polémicos en
materia de seguridad debido por la ambigüedad de las cifras oficiales y los pocos
resultados palpables de mejora hacia la sociedad, la administración federal encabezada
por Andrés Manuel López Obrador sigue tratando de repartir culpas y justificar
carencias. En días recientes el mandatario mexicano culpo al gobierno chino encabezado
por Xi Jinping del tráfico ilegal del fentanilo que llega a México con destino
final Estados Unidos (bajo la narrativa de que en México no se produce esta
droga, pese a la decena de laboratorios clandestinos descubiertos por las
propias autoridades mexicanas). A lo que el gobierno chino, a través de Mao
Ning (vocera del ministerio de relaciones exteriores) negó la existencia del
antes mencionado tráfico ilegal de la sustancia (si es ilegal de mensos aceptan
que existe) por lo que, a parte de hacer el oso, el mandatario mexicano, les da herramientas
a los Estados Unidos para seguir señalando a México como el generador de la
crisis que en materia de fentanilo nuestros vecinos del norte viven.
Aunque es
cierto que este discurso no es del todo cierto, ya que Estados Unidos no ha
hecho lo conducente en la materia respecto a la prevención, contención y ataque
a la crisis para poder salir en la situación donde se encuentran, la verdad es
que, en materia de seguridad, el gobierno mexicano no acepta la responsabilidad
de el fracaso de la política de seguridad y le es más cómodo repartir culpas.
Recordaremos
la denuncia hecha hacia los fabricantes de armas de fuego en Estados Unidos
iniciada por el canciller mexicano Marcelo Ebrard a nombre del gobierno
mexicano. Donde quedó evidenciado el valemadrizmo de las acciones del gobierno
mexicano y el poco conocimiento que tienen en la materia ya que las fábricas de
armas no venden el armamento a grupos criminales, sino a armerías que son
responsables de ser el intermediario entre fabricante y usuario final (ellos
serían en todo caso los responsables).
Este caso en
particular es tan absurdo como demandar a los ensambladores de automóviles por
todas las muertes provocadas por conductores bajo el efecto del alcohol. O peor
aún, que Estados Unidos demandara al gobierno mexicano por las muertes por
sobredosis que el fentanilo que en México se produce genera en la unión
americana (porque, aunque no se acepte, es un hecho comprobado que ocurre como
en párrafos anteriores se comentó)
Ahora bien, esto
quedaría solo como anécdotas de pena ajena si no se tratar de convencer a los
mexicanos que realmente el Estado mexicano no tiene la culpa de la crisis que
se está viviendo. Tenemos el sexenio con más muertes por la violencia de la
delincuencia organizada, con más feminicidios y más desapariciones desde que se
tienen registros. Es cierto que las cosas han ido mal en nuestro país desde
hace décadas pero hay cierto punto donde ya no se le puede echar la culpa al
pasado como el presidente acostumbra, teniendo en cuenta que aun hay muchos
servidores públicos de primer nivel de esos gobierno en su administración como miembros
de primer nivel del exsecretario de seguridad pública del sexenio de Felipe
Calderón, Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos o como el Manuel Bartlett,
director de la CFE y señalado como culpable del fraude electoral del 88 así
como pieza clave del asesinato del agente de la DEA Enrique “KiKi” Camarena
(motivo por el cual, se ve imposibilitado de ira a Disney a visitar a Mickey
Mouse desde hace años).
El estado de
inseguridad que se encuentra México es crítico y la primera acción para poder
mejorar la situación (como en el caso de las personas que padecen alcoholismo o
drogadicción) es aceptarla e ir modificando lo que sea necesario para ir
mejorando poco a poco. Lo que ya es inadmisible a estas alturas de la
administración no es que le mienta a otros países, lo grave es que quiera
convencer a los que en México nos encontramos desgraciadamente vivimos la inseguridad
día con día es que la culpa de esta no es culpa de nosotros mismos y de una
incapacidad gubernamental de hacer su trabajo por la mala selección de perfiles
para encabezar el esfuerzo de mejorar la seguridad ciudadana y las ganas de no
tener enfrentamientos con la delincuencia porque a “abrazos y no balazos” se pueden
“resolver las cosas” (según ellos).
hidalgomontes@gmail.com
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