La Nueva Violencia
Organizada
Por: Mtro. Eduardo García Anguiano.
En el México actual existe un gran “vacío de seguridad”. Millones
de personas viven diariamente el temor a la violencia; sin embargo, nuestras
concepciones sobre la seguridad, sustentadas en la experiencia dominante, no
reducen este vacío; en los hechos, lo están agrandando ¿por qué sucede esto? Reflexionemos
sobre cuatro características de la nueva violencia:
1.
Objetivo.- La “nueva
violencia organizada” persigue obtener espacios de poder dentro del Estado. A
diferencia de la violencia convencional en contextos de guerra, no amenaza al
Estado en su existencia como tal.
Por lo anterior buscar identificar un enemigo perfectamente claro
al cual se le tenga que declarar la guerra, no es lo más viable. De la identificación
del objetivo de esta nueva violencia, depende el uso de los recursos que se
dispondrán para neutralizarla.
2.
Método.- La nueva
violencia es practicada por grupos de tipo paramilitar o mercenario, con el
propósito de dominar un territorio mediante el establecimiento de un control
informal.
Hace frente a las autoridades con métodos de guerrilla y soborno,
contra la población civil emplea tácticas de contrainsurgencia. Lo anterior
genera una dinámica de falta de legitimidad de las autoridades y un
“desplazamiento poblacional” de sus territorios y actividades habituales
mediante el asesinato, secuestro, extorsión, “cobro de piso” o de peaje.
3.
Financiamiento.- Su recursos
provienen de actividades ilícitas como el tráfico de armas, drogas, personas,
del pillaje, de sobornos contra la población y atentan contra las actividades
productivas.
Esta es una diferencia en la forma de financiarse de otras
manifestaciones de violencia, como el caso de una guerra entre países, donde se
obtienen recursos de las capacidades de los Estados en su conjunto, como el
presupuesto nacional, contribuciones especiales, o fruto de la producción de
bienes y servicios.
4. Organización.- La nueva violencia deviene de grupos con estructuras de red y/o la
combinación de diversas formas jerárquicas. Su identidad se basa en la
actividad económica que realizan. En cuanto a su interacción, emplean los
avances de las tecnologías informáticas y de las comunicaciones.
Esta estructura de red les permite ser ágiles y llevar a cabo
acciones de cooperación y alianzas de diversos tipos, a diferencia de
estructuras de corte piramidal y verticales. Por lo que su flexibilidad es
mayor y su capacidad de adaptación a los cambios también. Para su control,
habitualmente se tiene que hacer frente a un enemigo que sin importar cuántas
veces se desmantele su estructura, se capture o elimine a sus líderes, se
regenera fácilmente para continuar con sus actividades violentas.
Surgen entonces interrogantes: quiénes emplean este tipo de nueva
violencia en México: cárteles, mafias, pandillas y sicarios; ¿Otros sectores
sociales piensan practicar la violencia con esquemas como los grupos de
autodefensa? ¿Hay análisis y diseño de políticas de seguridad integrales que
consideren a esta “nueva violencia organizada”?
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