Las Prisiones Mexicanas: La Deuda Pendiente
Por: Yadira Itzayana Borgua
Martínez
Las
personas privadas de la libertad padecen un sistema penitenciario en crisis que
no está preparado para hacer frente al COVID – 19, y a un sistema caracterizado
por diversas situaciones que vulneran sus derechos humanos, tales como: el hacinamiento, corrupción, autogobierno,
ingobernabilidad, carencias de agua, insumos y servicios básicos de higiene que las vulnera aún más
ante la pandemia.
Las
vulneraciones a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad,
no son una deuda reciente, ni provocada por la pandemia que mundialmente
padecemos, es una deuda de hace años que demanda ser atendida con urgencia. Las
arbitrariedades cometidas hacia las personas privadas de la libertad comenzaron
a visibilizarse por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos desde
el 2006 a través del Diagnóstico de Supervisión Penitenciaria elaborado por
este organismo, pero en 2010 esta evidencia se hizo más notable gracias a las
investigaciones y al trabajo de Documenta A.C.
De
acuerdo con el INEGI, las malas condiciones de higiene ponen en riesgo a más de
200 mil docientas personas privadas de la libertad a nivel nacional. Organismos
Internacionacioles, el 25 de marzo, emitieron medidas para salvaguardar los
derechos de estas personas y evitar el contagio entre ellas, las personas de
custodia y el personal que labora en el sistema penitenciario. Tales medias
pretenden la disminución de la población penitenciaria mediante la
implementación de esquemas de liberación temprana, provisional o temporal para
las personas sentenciadas con medidas menores, evaluar todos los casos de
detención preventiva, asegurar la provisión de suficientes instalaciones y
suministros (sin cargo) a todos los que permanecen detenidos para permitirles
el mismo nivel de higiene personal que debe seguir la población en general. Sin
embargo, un comunicado lanzado el 18 de marzo por organizaciones civiles
afirman que en México; son los familiares quienes abastecen de medicamentos,
alimentos y agua a las personas privadas de la libertad, por lo que pensar en
la suspensión de visitas como una medida de prevención pone el juego la
integridad de las personas que se encuentran en los centros penitenciarios.
Otro
de los sectores más importantes que no podemos olvidar son las y los 437 niñas y niños que nacieron y viven
en las prisiones, por lo que valdría la pena cuestionarse ¿ante la falta de
presupuesto penitenciario asignado a este sector cómo pretende el estado
garantizar sus derechos? Por lo tanto toda la población penitenciaria
vulnerada, corre peligro de contagiarse y de no poder hacer frente a la
contingencia mundial.
Esta
contingencia, nos invita una vez más a la reflexión de nuestro sistema penitenciario,
pues el hacinamiento provocado por el uso excesivo de la prisión preventiva
impide que las personas privadas de la libertad puedan cumplir la política de
sana distancia. También desmantela que la corrupción ejercida al interior del
sistema exige una rendición de cuentas que haga visible el verdadero acceso a los servicios básicos. De
acuerdo con Documenta A.C, el derecho a la información, uno de los derechos más importantes durante
esta pandemia se está vulnerando ya que las personas privadas de la libertad no
saben qué es lo que está sucediendo, por lo que las recomendaciones emitidas
por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNTP) son ignoradas.
Desafortunadamente
las personas privadas de la libertad son un sector ignorado por el sistema de
salud, ya que en el acuerdo publicado el 31 de marzo por la Secretaría de Salud,
no menciona las medidas que el gobierno, ni las autoridades competentes deben
tomar respecto a la salud de las personas privadas de la libertad, por lo que,
además de ser un hecho discriminatorio limita a que el derecho a la salud de
las personas sentenciadas sea garantizado.
Por
lo anterior la sociedad debería cuestionarse, ¿cómo la corrupción ejercida al
interior de los centros penitenciarios permitirá cumplir con la recomendación
del MNPT que conmina a establecer mecanismos de compensación de restricciones
al contacto, tales como uso de medios digitales o proporcionar insumos para la
comunicación vía telefónica? ¿de qué manera se erradicarán las problemáticas
que padecen los centros de privación de la libertad que exigen atención
inmediata desde hace años?
Por
eso, es hora de mantenernos unidos e informados para solicitar a las
autoridades competentes que garanticen los derechos de las personas privadas de
la libertad y de las personas que laboran en el sistema penitenciario.
Es momento de
#ContagiarSolidaridad y garantizar los #DerechosSinBarreras.
itzaborguam@gmail.com
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