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miércoles, 20 de marzo de 2013

La Cultura: Elemento Generador de la Actual Delincuencia.

 
Por: Criminólogo José Alfredo López Martínez

 Mucho se habla del génesis de la violencia social que aqueja hoy a nuestro país, algunos grandes criminólogos y especialistas establecen en sus sabias posturas que: la pobreza, desigualdad en materia social, falta de regulación de los asentamientos urbanos, desempleo, mínimo crecimiento macro económico, carencia de servicios de salud, educación, mínima capacidad y cantidad de instituciones de prevención, procuración y administración de justicia etc., etc. Son los factores óptimos que propician dicha violencia y que al corregirlos se “erradicará” totalmente el problema, es decir, solo es cuestión de dinero, cómo y en que gastarlo, sin embargo, quisiera en mi particular punto de vista, que volteáramos un poco atrás y nos diéramos la oportunidad de observar, si, observar, observar a la gente que transita a nuestro alrededor, a nuestros vecinos, amigos, familiares, y ver un poco más lejos, al norte o sur del país, para indagar en lo posible su forma de pensar, actuar, miedos, gustos, vestimenta, música, necesidades, aspiraciones, moral, tradiciones, no demos la oportunidad de analizar primeramente en lo individual, posteriormente en lo grupal y para finalizar en lo social, hay encontraremos grandes similitudes, donde un ser único pasa hacer parte de un todo, y ese todo se vuelve un complejo conjunto de matices que denominamos cultura, la cual se encuentra tan adentro de nosotros como la misma sangre; la sangre nos permite la vida, la cultura nuestra identidad individual-grupal-social. Edwar Burnett Tailor define la cultura de la siguiente manera:

Como el conjunto de conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, hábitos y cualquier otra capacidad adquirida por el hombre como miembro de la sociedad.

Así como la carga genética, hereditaria de cada individuo conforma su temperamento, el carácter permite la estructuración de nuestra identidad única, subgrupal y social, a través de la incorporación de la cultura-experiencia-conocimiento a nuestra vida.

La cultura es un elemento fundamental en nosotros, al grado que influye en todo lo que somos, es identidad social constructiva-productiva, por lo tanto, los grandes problemas modernos de violencia que vivimos, son originados en gran medida por la cultura en que nos estamos integrando y desarrollando hoy en día, esto es observable solo por dar un ejemplo, en la búsqueda de éxito, de reconocimiento, el cual, nos guste o no, lo hemos consagrado creando estereotipos como: el narcotraficante de botas y sombre al narco empresario de traje, gran oficina y dinero, donde cada sector de la sociedad siente en alguna forma admiración o sino por lo menos una moderada identificación de “ser cabrón-triunfador”, se desea: dinero, poder, aventuras temerarias, vehículos de lujo, guardaespaldas, etc., esto acompañado de un folclor sumamente tentador: narcocorridos, series televisivas, libros, revistas, santos religiosos, etc., todo esto es fundamental para que la violencia actual, ya sea parte innegable de nuestra verdad cultural, donde la incorporamos en nuestros diferentes niveles de interrelación, generando que el concepto y significado de nuestra realidad social haya cambiado.

No queramos por tal motivo buscar solo en mejorar la calidad de vida y lograr éxito a través de cosas materiales, no pensemos que aun siendo potencia económica mundial se resolverán nuestros problemas, no imaginemos que creando grandes instituciones de prevención, procuración y administración de justicia estaremos seguros, no creamos que por tener programas asistenciales cambiara todo.

Lo que requerimos con gran urgencia es voltear atrás, ver, analizar, y reorientar nuestra forma de pensar, reflexionar si los estereotipos e ideología que tenemos son los adecuados para nosotros, para nuestra familia, amigos y sociedad, es imprescindible retomar nuestra cultura, esa que nos da más allá de cuestiones políticas, identidad nacional, amor propio y a nuestros semejantes, nos proporciona valores, moral, respeto y tolerancia a la pluralidad de ideas, orgullo, equidad, armonía, costumbres. Si logramos paulatinamente resolver estas adversidades a la par de las diversas necesidades ya mencionadas, los conflictos se irán resolviendo paulatinamente por efecto simétrico.

Es tiempo de una revolución, pero de una revolución de ideología, no permitamos que la violencia siga en nuestras cultura, ya que para nadie será grato ser víctima o que alguien que ame sea víctima de la violencia, ya que después de esto no creo q le den ganas de cantar un narcocorrido, o ir en su vehículo, pasarse un semáforo en alto para sentir correr la adrenalina en su cuerpo y autopercibirse como un ser temerario al transgredir ley.

 

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