El Desafío del Banco Vaticano
Por: Maestro Israel Cedillo Lazcano
Tras la renuncia
de Benedicto XVI, todos los ojos de la Iglesia Católica se enfocaron en las
especulaciones que llevaron a la designación del Papa Francisco como líder de
la referida iglesia; sin embargo, otro asunto de gran relevancia para el
Vaticano se discutió durante el conclave: la existencia del Instituto para las
Obras de Religión (IOR), popularmente conocido como “El Banco Vaticano”.
El Banco
Vaticano es una institución privada que se encuentra domiciliada en el interior
del Vaticano. Fundado en 1942 por el Papa Pío XII, la función principal de este
instituto es salvaguardar y administrar los recursos destinados a proyectos de
caridad y de religión, aceptando para tal efecto depósitos provenientes
exclusivamente de instituciones y oficiales vinculados a la Iglesia. Debido a
que poco se sabe poco de sus transacciones cotidianas, es referido
frecuentemente como el banco más secreto del mundo.
La decisión del
Papa Francisco deriva principalmente del hecho de que agencias europeas y
reguladores dedicados al combate del lavado de dinero han encontrado que el IOR
no cumple con las directrices elementales bajo las cuales deben conducirse las
instituciones financieras en el continente. Sin embargo, no es la primera vez
en que el Banco Vaticano se ve envuelto en operaciones poco apropiadas para una
institución de su condición. En 1982, Roberto Calvi, conocido como el banquero
de Dios y personaje que inspiró parte de la trama de la película El Padrino
III, fue encontrado colgando del puente Blackfriars en Londres después del
escándalo del Banco Ambrosiano, institución que se encontraba bajo el control
mayoritario del IOR y que poseía una cartera no asegurada de 1,400M de dólares
en préstamos en Latinoamérica. En el 2005 cuatro organizaciones demandaron al
IOR ante la Corte Suprema de los Estados Unidos fundamentando en una posible
complicidad en el marco de la Segunda Guerra Mundial con el Movimiento de
Liberación Croata el cual participó en genocidios y crímenes de guerra. Durante
la Guerra Fría, el IOR fue reconocido como el intermediario en las
transferencias entre el Bloque del Este para ayudar a los comunistas y hoy en
día se especula que sirve como canal de transferencia de proyectos en Cuba y
China, independientemente de los rumores existentes relativos al fondeo de
actividades ilegales y de campañas políticas en Italia.
En un intento de
propiciar la transparencia institucional, el IOR abrió sus libros en 2011 los
cuales mostraron que el banco tenía 20,772 clientes de los cuales el 68 por
ciento pertenecían al clero, y $8,200M de dólares en activos bajos su
administración, así como 33,000 cuentas. A pesar de lo anterior, en enero del
presente año (2013), el Banco Central
Europeo (BCE) suspendió todos los pagos electrónicos en el Vaticano como
resultado de la falla en la implementación de las regulaciones en materia de
lavado de dinero.
Tal como se
puede colegir de lo expuesto en el presente, el IOR no cumple con una de las
funciones principales de la teoría bancaria bajo los términos de Freixas y
Rochet consistente en la supervisión delegada, por lo que el nuevo Papa deberá
considerar la reestructura o la desaparición del IOR a fin de que dicha función
sea efectuada de forma transparente en apego a las regulaciones europeas en
materia de lavado de dinero y de esta forma restablecer la credibilidad en el
brazo financiero de una institución que se encuentra en medio de una crisis de
credibilidad en varios niveles como lo es la Iglesia Católica.
Ahora, uno de los principales ejes del
desafío que tiene el Papa Francisco es instalar en el IOR o en el nuevo
intermediario un gobierno corporativo el cual se fundamenta en la transparencia
y en un saludable flujo de información. En un contexto de información
asimétrica, la intermediación financiera como supervisión delegada podría mejorar
claramente la eficiencia utilizando dicho término en un sentido amplio a través
de las siguientes medidas:
- Seleccionar los proyectos (a priori) que se han de llevar a cabo por intermediación del Banco Vaticano.
- Impedir la conducta oportunista de los destinatarios de los recursos eclesiásticos durante la realización del proyecto (riesgo moral) como en el caso del Banco Ambrosiano.
La teoría de la intermediación financiera
basada en la supervisión delegada sugiere que los bancos tienen una ventaja
comparativa en estas actividades de supervisión. Para que esta teoría funcione
para el caso en particular, se necesitan dos ingredientes principales:
- Un banco representativo del Vaticano en el financiamiento de proyectos restringidos a su fin.
- Pequeña capacidad de los inversores (en comparación con el tamaño de los proyectos de inversión) lo cual implica que cada proyecto necesita fondos de varios inversores
Los préstamos directos implicarían que
cada uno de los m inversores supervisa a la empresa que ha financiado.
Ahora se plantea la cuestión de
supervisar al supervisor (el IOR), lo cual también es de gran importancia para
las políticas del Papa Francisco. La supervisión directa del banco por parte de
cada depositante sería claramente ineficiente, por lo que la única solución es
que el banco ofrezca un contrato de deuda en virtud del cual se promete a cada
inversor una cantidad nominal a cambio de un depósito, y como dichos inversores
son instituciones y personas vinculadas a la Iglesia, permitiría una
supervisión más eficiente.
No olvidemos la relevancia que este tema
puede tener en la seguridad, si en la seguridad, recordemos que en 2007 se
descubrió una red de lavado de dinero por parte del cártel de Sinaloa en (nada
más, ni nada menos) Banjército ¿Qué secretos podría guardar el IOR? Recordemos también
las famosísimas narco limosnas….
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