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domingo, 21 de abril de 2013

 Un Vacío Estatal.

 

Por: Mtro. Eduardo García Anguiano.




Imaginar la reducción de los homicidios producto del crimen organizado, la extorsión y el secuestro, cuando la debilidad institucional expresa la situación del Estado, es figurarse lo irrealizable.

 
Recientemente se dieron a conocer datos de un balance con estadísticas de seguridad sobre lo efectuado por el gobierno federal y a la par se anunciaba: "Es muy temprano para asumir actitudes triunfalistas…", se dijo en rueda de prensa, considero que en esto último hay razón.


Tres casos de debilidad institucional nos permiten ejemplificar y comparar:



  • Las franquicias para vender gasolina son controladas por Petróleos Mexicanos y el producto que se les surte lo proporciona esta empresa, sin embargo, las bombas despachadoras dan litros incompletos. Si el gobierno no es capaz de controlar este problema a través de la Procuraduría Federal del Consumidor apoyada por la propia paraestatal para sancionar con la cancelación de las franquicias, ¿es posible que pueda detener a homicidas que no dependen de él?


  • Las aduanas en los puertos de entrada al país son controladas por el gobierno federal, sin embargo, muchas mercancías entran de contrabando. Si el Sistema de Administración Tributaria dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público con todo el personal a su mando no puede vigilar efectivamente a las aduanas, ¿es posible que el gobierno pueda luchar contra secuestradores que se esconden o mimetizan entre la población?

  • Los centros de readaptación social son potestad del gobierno federal y de los gobiernos estatales, sin embargo, se consumen drogas lícitas e ilícitas en ellos, se organizan grupos que someten a reclusos y algunos de los internos tienen en su poder armas de diversos tipos. Si los gobiernos apoyados por sus custodios no pueden controlar esta situación cuando la entrada y salida a los penales depende de ellos ¿es posible que puedan detener la extorsión si los teléfonos celulares son miles y se llama libremente?


Por esto es que hay un despropósito en las peticiones de las organizaciones sociales al solicitar que el gobierno acabe con lo que no está en su tramo de control, ya que si no puede responder por lo que de él depende, mucho menos podrá dar cuenta de los problemas fuera de su ámbito.

 
Reza el dicho popular que “Nadie está obligado a hacer lo imposible”, así se responde cuando se pide que alguien lleve a cabo algo fuera de sus límites; esta frase da entrada para ilustrar el vacío en la fortaleza del Estado: si el brazo institucional no es capaz de controlar lo propio, pues cómo va a combatir lo ajeno sea: el crimen organizado, las mafias, las pandillas y los sicarios.


¿Es competencia gubernamental? nadie lo niega; ¿está en su capacidad? es el punto a demostrar; estas ideas pecan de pragmáticas más que de principistas o legalistas, es cierto; pero lamentablemente la situación de hoy es: un México en el cual es más fácil que el criminal penetre a las instituciones que el gobierno las controle.
 
 
@EGAnguiano

 

 

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