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miércoles, 1 de enero de 2014

Control de Confianza.


Por: Mtro. Eduardo García Anguiano



     El titular de la Comisión Nacional de Seguridad expresó dudas sobre el control de confianza que suscitaron comentarios de distinta índole.

Las opiniones varían: las hay sobre su veracidad, o la forma de su aplicación, se alude su uso discrecional para fines ajenos a su propósito o se comenta sólo una parte del control de confianza; resaltemos los niveles de ubicación de los temas:

Administración del modelo.

     El control de confianza es propio de las instituciones de seguridad sean de inteligencia, operación o investigación.

     Es parte de un sistema de administración del recurso humano y no se constituye como un fin en sí mismo. Se inscriben en los servicios de carrera y se integra por pruebas sicológicas, médicas, socioeconómicas, toxicológicas y de aptitudes.

En las investigaciones.

     La prueba poligráfica es una evaluación más para alcanzar un objetivo, no es el único criterio de validez para la toma de una decisión de orden administrativo o legal.

     Cuando lo anterior no sucede, se termina colocando generalmente al polígrafo como instrumento de castigo, como criterio único para tomar decisiones de administración de personal, o bien intenta aplicarse en todas las áreas de una institución para resolver situaciones calificadas de problemáticas.

Ejecución del modelo. 

     El control de confianza ha aparecido como sinónimo de prueba poligráfica por lo que las opiniones surgidas en su aplicación cuestionan su validez para medir las reacciones fisiológicas, la capacidad de los poligrafistas y el que se tome como prueba principal para la toma de las decisiones; hasta los casos de faltas a la ley de los elemento policiales son presentados como falla de la evaluación.

     Muchos han olvidado opinar sobre la integralidad del control de confianza al dejar de lado otras pruebas que son parte de él y algunos mencionan que la batería de preguntas no es la adecuada, no por el contenido de la misma, sino por la pertinencia de los reactivos para lograr el propósito deseado en nuestro país.

     Sin ser un tema de la prueba poligráfica, ejemplifiquemos: si evaluáramos la conducta de una persona ante la legalidad se consideraría una falta a las normas atravesarse como peatón a la mitad de una calle en Viena; el hecho no sería el mejor para calificar la conducta ante la ley de un evaluado en la ciudad de México.

     El polígrafo al ser un medio que detecta reacciones fisiológicas del cuerpo humano puede ayudar a reclutar personal, mantenerlo en su puesto, en casos de ascenso y para investigaciones en concreto, sin embargo, hoy vemos que ha sido satanizado e igualado al tiopentato de sodio, conocido como suero de la verdad.

     Estos son los algunos de los cuestionamientos, esperemos las virtudes por los expertos del tema porque al parecer el debate en México se aleja hoy de las palabras de Stephen Covey, profesor y escritor estadounidense: “Si uno quiere despertar confianza, debe ser digno de confianza”.


@EGAnguiano



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