¿Justicia a Cualquier Precio?
Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes
Aún no se
calma el escándalo que ha provocado a nivel nacional e internacional el caso de
los Porkys de la costa de oro donde cuatro jóvenes se les acusa de haber
violado a una menor de edad y un nuevo escándalo estremece a la sociedad
mexicana y es que un video, difundido a través de las redes sociales, muestra
cómo a dos militares torturando a una mujer de nombre Elvira Santibáñez
Margarito alias “La Pala” de 21 años (originaria de Ajuchitlán del Progreso,
Guerrero) vestida de camisa sin mangas, pantalón de mezclilla y descalza,
llorando sin parar durante un interrogatorio la cual acababa de ser detenida. En
dicha grabación puede verse cómo las personas vestidas de militares tiran del
cabello, apuntan con un rifle de asalto en la cabeza y asfixian con una bolsa
plástica, mientras es interrogada.
La grabación
fue realizada el 4 de febrero de 2015 en Ajuchitlán del Progreso, en el estado
de Guerrero, México y la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) tuvo
conocimiento de los hechos el pasado 10 de diciembre se reconoció en un
comunicado.
Este caso ha
sido portada de los principales diarios mexicanos y ha reavivado la polémica
sobre los abusos de oficiales (ya sean militares o policiales) contra civiles.
Pero en este caso Elvira Santibáñez fue detenida junto con otras dos personas
del sexo masculino, se dedicaba al secuestro y al sicariato, operaba en el
municipio de donde es originaria.
En ese
entonces fue detenida junto con sus dos compañeros con 4 armas largas (3 AK-47
y 1 AR-15); 1 arma corta cal. 22; 9 cargadores (8 para arma larga 1 para arma
corta); 189 cartuchos útiles cal. 7.62 x 39; 10 cartuchos útiles cal. .223; 10
cartuchos útiles cal. 22. También, una motoneta, un teléfono celular y once mil
pesos en efectivo. Conforme avanzó su caso se demostró que torturaba psicológica
y físicamente a sus víctimas y es acusada por secuestro, extorsión y homicidio
(es decir, toda un angelito).
Lo anterior
generó que el Secretario de la Defensa Nacional, el General Salvador Cienfuegos
ofreciera una disculpa pública por el mar comportamiento de los miembros
castrenses involucrados, los cuales ya se encuentran detenidos en una prisión militar y sujetos a proceso.
A este
desolador panorama agregamos como cereza del pastel, que hace unos días Isabel
Miranda de Wallace, Presidenta de la Asociación “Alto al Secuestro”, dio a
conocer que el secuestrador Isidro Solís Medina, asesino de la hija del ex
dirigente de la Comisión del Deporte y empresario, Nelson Vargas, quedó en
libertad debido a la solicitud de un amparo debido a que no tuvo asistencia
jurídica en el momento de su captura, cabe mencionar que no es por el caso de
la señorita Vargas si no por un caso diferente, situación que no se había
aclarado en un principio. También es necesario señalar que no es solamente culpa
del juez que otorgó el amparo si no del ministerio público y de los policías
que lograron la detención del probable responsable en su momento.
Aunque de
primera mano podría parecer que estos
casos son diametralmente opuestos no lo son, es indignante que se privilegie
los derechos de los imputados al de las víctimas y aunque estos casos han
pasado en México, es pan de todos los días en toda Latinoamérica. La sociedad
ya no aguanta más, está harta de la impunidad y la poca o nula justicia, hace
unos meses sentenciaba el empresario
Alejandro Martí (padre de un joven secuestrado y ejecutado en 2008) que al
liberar a delincuentes por “faltas al
debido proceso” era abrir las puertas del infierno, esto es cierto pero también
es cierto que hemos llegado al punto que queremos justicia a cualquier costo (a
través de la tortura por ejemplo) eso sí, sin enterarnos como se llega a ella
para no espantarnos, ¿Irónico no creen?
hidalgomontes@gmail.com
Todos queremos justicia cuando nos sentimos ofendidos directa o indirectamente, sin hablar de un caso especifico, para este tipo de temas suelen emitirse opiniones contradictorias... por un lado tenemos abuso de autoridad por dar un ejemplo en la gran mayoria de casos en donde se violan derechos humanos a sujetos de quien se quiere obtener una confesion y como se trata de simples seres humanos independientemente si son considerados buenos o malos se les brindara proteccion, ayuda y sarcasticamente JUSTICIA aunque hayan cometido una INJUSTICIA o muchas (Derechos Humanos). El otro lado de la moneda; nuestra sociedad, indignada, desesperada, arta, cansada, apenada y triste aplica la de ojo por ojo y diente por diente haciendo justicia por su propia mano quedando entonces a la par de un tipico delincuente.
ResponderEliminarEl problema es del juez? O es el hecho de no hacer la hacer las bien desde el principio? En mi opinion personal el hecho que sean "culpables" no justifica que ni el ejercito ni las policias los torturen para optener una declaracio.
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