Narcoacuerdos
Por: Mtro. Eduardo García Anguiano.
Las novedades
en el México contemporáneo: sacerdotes y narcotraficantes en acuerdos hecho
públicos.
Sorprendidos
dos compadres leían las noticias de la prensa nacional; oiga esto: el obispo de
la diócesis de Chilpancingo - Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, dijo que se
reunió con un capo de la zona de la Sierra, quien se comprometió a colaborar y
no coaccionar el voto en este proceso electoral que viene.
¡Ni me diga
compadre! esos sacerdotes de la posmodernidad ya ni la amuelan, ¿de cuándo acá
andan con esas compañías?
Pues yo no se
compadre, pero además el obispo ese dijo que el capo con quien se reunió asumió
el compromiso de bajar el nivel de violencia en la Sierra y no interferir en el
proceso electoral, pero puso dos condiciones: “que los candidatos no repartan
dinero para comprar el voto, sino que realicen obras en la Sierra y que cumplan
sus promesas de campaña porque la gente está molesta ante la indiferencia
gubernamental y política”.
Bueno, bueno,
eso de que los capos sean los garantes del proceso electoral como que no está
bien, ¿o sí compadre?; habría que preguntárselo al INE, imagínese usted: el
Consejo General del INE hace un llamado a los candidatos para que cumplan sus
promesas, pues de lo contrario los capos las harán cumplir.
Ya compadre de
cuál fumó; no, no, no, yo sólo le entro al alcoholito, y cuando me vaya a
confesar espero no me confundan y me quieran pedir narcolimosna.
El escritor
español José Luis Sampedro expresó: “El culto hispánico religioso ha cedido
paso a una nueva fe, en la que los sacerdotes emergen desde una cavidad
subterránea y ofician con el pie.”
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