El “Estado Profundo”
Por: Mtro. Eduardo García Anguiano
Desde hace algunos años en México se ha configurado un “estado”
dentro del Estado.
El término “Estado Profundo” tuvo su origen con el caso turco
y hace referencia a un sistema compuesto por militares, judiciales, de
inteligencia, seguridad y crimen organizado, que es capaz de “gobernar” un país
sin el consentimiento expreso del gobierno formal.
No sólo se dice que el “estado” dentro del Estado fue
privativo de Turquía en 1996 sino que fenómenos similares han sucedido en Egipto,
Estados Unidos de América, Venezuela y el Daesh, al operar como el iceberg que
se emplea en la Deep Web.
Al respecto, en nuestro país los actores políticos se han
coludido con los grupos delictivos, como se pudo observar en Iguala, Guerrero,
cuando narcotraficantes, autoridades de seguridad pública y la esposa del
presidente municipal estaban vinculados entre sí, hecho que salió a relucir con
el secuestro de estudiantes.
Si pensamos que cuando una autoridad se colude se trata
sólo de un caso personal, estaríamos faltando a la rigurosidad y profundidad en
el análisis porque las indagaciones de la justicia no son difundidas en su
totalidad, lo que no ayuda al propósito, o no analizamos con la óptica del Deep
State.
Para contribuir al tema se apuntan algunas variables para identificar
la presencia del fenómeno en México:
· Protección a las actividades del crimen organizado.
· Obstrucción de la justicia.
· Actuación de la autoridad sin cumplir las leyes.
· Laxitud en los controles del personal de áreas de gobierno y seguridad.
· Aislacionismo del gobierno y sociedad en el ámbito internacional.
· Sociedad que se beneficia de los bienes y servicios que le adquiere al crimen organizado, “divorciada” de la cultura de la legalidad y “casada” con la oferta criminal.
Con el paso el tiempo los protagonistas del “Estado
Profundo” y sus prácticas se enraízan y se ocultan en el anonimato de los
medios electrónicos, ello dificulta su identificación y la red de
complicidades. Ha llegado el momento de actualizar nuestras concepciones y
prácticas de la seguridad nacional, que es el área por antonomasia para atender
este problema.
El poeta británico Lord Byron expresó: “Apenas son
suficientes mil años para formar un Estado, pero puede bastar una hora para
reducirlo a polvo”.
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