El US Army en
México
Por: Mtro. Eduardo García Anguiano
Nos ofrecieron soldados
del ejército de los Estados Unidos de América para combatir al narco en “la
llamada telefónica del diablo”.
El tema de las
drogas entre México y los Estados Unidos data de años atrás y ha sido objeto de
múltiples políticas, sin ir más lejos enunciemos algunos hitos:
· En el marco de
la cooperación multilateral ambos países participan en la ONU, a través de la
Comisión de Estupefacientes y en la OEA, en la Comisión Interamericana para el
Control del Abuso de Drogas. Las posiciones a veces divergentes en términos
generales han sido de consenso.
· En lo bilateral
la historia ha sido otra pues los mexicanos los hemos acusado de ser generadores
de la demanda de drogas ilícitas y ellos, a su vez, nos recriminan proveerlas.
Ellos las víctimas, nosotros los victimarios.
· Lo que la
opinión publicada ha registrado con mayor interés no son los esfuerzos para
reducir el consumo, como los educativos y los de salud, sino los dirigidos a la
oferta de drogas y su control.
· Recordemos el
caso del agente Camarena, cuyo desenlace terminó en el secuestro orquestado por
la DEA de un mexicano para enjuiciarlo en los Estados Unidos y que a la postre
les ganara el juicio por haber sido llevado ilegalmente a ese país.
· La colaboración
en inteligencia ha sido fructífera, sin embargo, es menos conocida por su
propia naturaleza. A Barack Obama se le perdonó que su gobierno haya espiado a
Enrique Peña y la opinión publicada aunque abordó el caso, no lo hizo con tanta
virulencia como ante la “propuesta indecorosa” del republicano.
· Temas
candentes: agentes de la DEA armados en México y tolerados por nuestro
gobierno.
· Temas
pendientes: lavado de dinero, tráfico de precursores químicos y armas, en donde
las actividades de cooperación han sido menores.
Suponiendo sin
conceder, si sólo de tropas para combatir delincuentes se tratara, sería una
salida de corto plazo para objetivos definidos.
Todo lo
anterior ha sucedido dentro de la lógica del prohibicionismo, ¿por qué México
no explora la política del liberacionismo? Algunos estados de la unión
americana han incursionado por esa vía, tal vez sea tiempo de ver hacia nuevos paradigmas
para abordar el tema de las drogas en el país.
Si de cooperación
bilateral en drogas hay que hablar, recordemos que Abraham Lincoln expresaba:
“Dos de mis pasatiempos favoritos son sentarme en mi patio llenar mi pipa con
cáñamo, fumar y tocar mi harmónica”.
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