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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Terrorismo.

 
Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes

 
Las tendencias actuales de interpretación del terrorismo han parecido mas preocupadas por descalificarlo como comportamiento disfuncional y delictivo que por abordar un estudio serio de sus diversas implicaciones de orden estructural, para poder entender este tan complejo fenómeno primero hay que definir que es el terror.
 
Terror.- Es el acto simbólico dirigido a influir el comportamiento social por medios extranormales, que implican el uso o la amenaza de la violencia.
 
Según algunos estudiosos del fenómeno este se divide:

 


                                     De Ejecución.- Perpetrado por el poder establecido.

           Terror

                                     De Agitación.- Desplegado por los que aspiran al poder.

 

 
Terrorismo se define como “Una forma compleja de lucha violenta de la cual se han servido y se sirven estados, partidos de derecha o izquierda, comunidades étnicas y religiosas, organizaciones y movimientos nacionales o internacionales o grupúsculos de muy diversa ideología”.
 
Otra definición dice que “Es la aplicación de los métodos de terror por los (al menos, en principio) débiles, los despreciados, los desesperados, que ven en el terrorismo el único medio de conseguir que se les tome en cuenta en serio y se les escuche”.
 
Por otra parte Terror de Estado o Guerra Sucia se define como “El uso arbitrario por los órganos de la autoridad política, de la coerción severa contra individuos o grupos, de la amenaza creíble de su uso, o de la exterminación arbitraria de los mismos”.
 
El terrorismo hoya en día tiene muchos enfoques pero en esta entrega comentaremos los principales para tratar de entender como esta forma de lucha se mantiene vigente en nuestros días y nuestra relación como servidores públicos encargados de hacer cumplir la ley con dicho fenómeno.

 
La Fundamentación Psicológica del Terrorismo.

 
La faceta esencial de un acto terrorista es que su efecto psicológico resulta tanto o más importante que las reales consecuencias físicas del acto violento. El terror provoca determinadas reacciones psicológicas sobre una población sometida a su amenaza, sea esta supuesta o real. Además de un medio de control social, el terror es también un mecanismo de comunicación que coarta y condiciona el comportamiento del receptor, que numéricamente es mucho más amplio que las victimas directas de la agresión.
 
El terrorismo supone el uso intencionado de la violencia –o la amenaza de su uso- contra un “objetivo instrumental” en orden a comunicar a un “objetivo primario” una amenaza de futura violencia. Su designio es usar el miedo intenso o la ansiedad para coartar la conducta del objetivo primario o modificar sus actividades en conexión con un determinado objetivo político.
 
Según Della Porta el terrorismo contemporáneo presenta tres especificaciones:
 
1.- El objetivo de la acción es escogido en base a su valor simbólico.
 
2.- La acción se propone efectos psicológicos más que materiales.
 
3.- Se articulan mensajes diferentes para objetivos diferentes.


El Terrorismo como Reflejo de Disfunciones Esenciales en el Desarrollo Sociopolítico.

 
Este enfoque afirma que el terrorismo es un tipo de respuesta a un contexto sociopolítico especialmente adverso y es un eficaz desestructurante social, ya que, a diferencia de otras formas de violencia política transgredí deliberadamente cualquier norma preestablecida, es decir, consiste en una radical negación de la legitimidad del contrario.
 
El terrorismo no puede ser totalmente indiscriminado, salvo casos excepcionales, como violencia ciega empleada por algunos terroristas nihilistas o fundamentalistas.
 
El terrorismo internacional forma parte de una estrategia desestabilizadora en la dinámica política de bloques y tiene como origen un conflicto nacional o regional que se traslada fuera de sus fronteras naturales.

 
El Terrorismo como Propuesta para la Subversión.

 
Una última tendencia ha intentado desmitificar el fenómeno, rechazando que sea fruto de circunstancias aberrantes del contexto sociopolítico o de los propios actores de la protesta. Este tipo de análisis trata de restituir el terrorismo a su justo papel de instrumento al servicio de una estrategia de subversión o de control dentro del conjunto de las manifestaciones violentas del conflicto político. Para Martha Crenshaw el terrorismo es “Una forma de comportamiento político resultante de la elección deliberada de un actor fundamentalmente racional: La Organización Terrorista.

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