Juegos Estratégicos: Organización de Pensamiento
y Solución de Problemas de Seguridad.
Por: Mtro. Alfonso Atala Layún.
International
Society for Board Games Studies
Bajo un
ambiente de tensión, la búsqueda de seguridad se apetece como un problema.
Entonces solucionar el problema de la seguridad compromete nuestros
pensamientos. Entonces no tengamos duda de que pensar correctamente es
fundamental para resolver estos problemas. Todo el tiempo nuestro cerebro está
procesando información. Información que se genera tanto en el exterior como en
el interior del aparato cognitivo Hay información que es retenida mediante
asociaciones con el conocimiento anterior, o información que es brevemente
evaluada y luego descartada, e incluso hay información que aunque capturada por
nuestros sentidos, es manejada por estructuras inferiores (tálamo y bulbo
raquídeo) y por tanto nunca llega al
pensamiento superior o consciente. Este
mar de información es ordenado de distintas formas por distintas personas.
Podemos entender el resultado como dos extremos, aquellos sujetos cuya
organización mental es más fiel a la realidad, y aquellos sujetos cuya
organización mental es menos fiel a la realidad.
Si tenemos por premisa que la realidad se
impone a nuestros pensamientos, concluimos que las organizaciones de
pensamiento más fieles a la realidad tomarán decisiones más eficaces. Mientras
que las organizaciones menos fieles encontrarán frecuentemente fracasos frente
a la realidad. No existen seres humanos cuyas organizaciones sean 100% fieles a
la realidad, por lo tanto es importante considerar que todos nos encontramos en
algún punto de este espectro. Luego entonces podemos movernos dentro de este
espectro, y aun si generalmente vamos perdiendo fidelidad con el paso de los
años, esto no impide que por otro lado podamos mejorar nuestra fidelidad.
Una
herramienta útil para lo anterior son los juegos de estrategia abstracta. La
práctica habitual de estos juegos trae consigo beneficios cognitivos
registrados en abundantes estudios de psicología y pedagogía. El juego funciona
como una estructura “realista” donde tomamos decisiones para probar su eficacia
en la solución de problemas a corto y largo plazo. Inevitablemente aprendemos a
“leer” el tablero y simultáneamente descubrimos que las mejores decisiones
están comprometidas con la realidad y no con nuestros pensamientos fantasiosos
o desiderativos.
De esta
forma, tanto para servidores públicos como para la población civil, el hábito
de jugar resulta importante en términos de seguridad. No propongo renunciar al
deseo de mayor seguridad, sino admitir que las circunstancias requieren de
nosotros una toma de decisiones realista para ser eficaz en la solución de
problemas. Por ejemplo el Tablut, juego
de origen vikingo en que un jugador hace las veces de sicario para capturar al rey,
mientras que el otro jugador hace las veces de escolta del rey. Este juego es una recreación fundamental para
todas aquellas personas involucradas en el desarrollo de tácticas
antisecuestro, pues los juegos pueden ser usados como potentes modelos de
simulación.
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