La Contradicción del Sistema Penitenciario: Entre la Realidad Ideológica y la Práctica.
Por: Crim. José Alfredo López Martínez
Los grandes avances ideológicos en
México los presenciamos claramente en las leyes, se tiene leyes para todo y
para todos; en la mayoría de los casos solo basta que suceda un fenómeno social
de moda, parece que existe una obsesión - compulsión de los “grandes
ideológicos legislativos”, que piensan que solo creando una nueva ley, cambiará
el país, los ciudadanos y la forma en que deben comportarse, que lastima que
dichos representantes sociales estén fuera de la realidad en la que vivimos en
este país.
Un caso específico es el artículo
18 de la constitución política de México, que determina que el sistema
penitenciario se basará en el régimen progresivo técnico, esto quiere decir,
que el “tratamiento” que tengan que recibir los internos será gradual y
constante, y será aplicado por los departamento de psicología, trabajo social,
servicio médico, deportes, laboral, pedagogía y criminología, donde se tendrá
que elaborar “tratamiento” para cada uno de los sentenciados, con base a su
personalidad y necesidades.
Para poder operar dicho
“tratamiento” el poder legislativo deberá dotar al poder ejecutivo de elementos
para que pueda suministrar en cada uno de los reclusorios la suficiencia
económica, material, humana, etc., que le permita cumplir con lo establecido en
la ley.
Sin embargo, la realidad en el
estado de puebla, es triste y alarmante, ya que todos los recursos que hay, son
mínimos y no satisfacen las necesidades actuales, pareciera que solo vivimos de
simular que somos innovadores, pero por desgracia, solo somos un estado en
harás de ser fallido.
No es necesario ser un
especialista para darse cuenta de las condiciones tan precarias en la que se
encuentran las cárceles municipales, regionales, estatales y federales.
En México se requiere que se
elaboren leyes, pero leyes que sean aplicables tanto en su forma (lo que en el
discurso dice) y el fondo (el cómo se debe operar), se requiere urgentemente
que las leyes bañan acompañadas de hechos, de trabajo, de organización, que
tengan sobre las personas que las crean voluntad y claridad de ideas.
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