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viernes, 28 de septiembre de 2018

Las Drogas y los Arrepentidos


Por: Mtro Eduardo García Anguiano


Es momento de que nuestro país cambie de paradigma en el tema de las drogas.

          El expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León declaró que se equivocó al adoptar la prohibición de las drogas y no la regulación.

          En su intervención en la presentación del informe Regulación: El Control Responsable de las Drogas, de la Comisión Global sobre Políticas de Drogas en la Ciudad de México, explicó que las políticas proteccionistas de la represión y criminalización han tenido resultados devastadores.

          Los paradigmas sobre el tema tienen dos extremos opuestos: por un lado, la prohibición del consumo de drogas y la liberalización de estas por otra parte. Entre estos polos las posibilidades legales son numerosas y dependen de múltiples factores. 

La historia nos ilustra con algunos datos que les parecerán curiosos:

  • En Estados Unidos de América fue prohibido el consumo de bebidas alcohólicas mientras que en otros países se permitía. 
  • En la Rusia del siglo XIX los zares prohibieron el café, incluso mutilaron gente por su consumo y en los casos de personas asiduas al aromático o su distribución ilegal, la pena fue la muerte. 
  • No es delito fumar marihuana en los países siguientes: Australia, Bélgica, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Corea del Norte, España, Estados Unidos, Holanda, India, Israel, Jamaica, México, Portugal, República Checa, Suiza y Uruguay. 
  • En Bolivia y Perú los productos derivados de la coca son: jarabes, mates, harina, gaseosas, bebidas alcohólicas, pomadas, analgésicos, pasteles y panes, entre otros.

          En materia de consumo de drogas nunca ha existido un consenso al respecto, esperemos el curso de los acontecimientos en nuestro país con el nuevo gobierno federal por venir.

          En estos temas siempre es mejor citar a los clásicos, Keith Richards ha expresado: “Siendo claros, yo nunca he tenido problemas con las drogas; solamente con los policías”.


@EGAnguiano




martes, 25 de septiembre de 2018

¿Es Necesaria una nueva Ley de Armas de Fuego en México?


Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes


Según el documento titulado “Beyond Our Borders”, el más reciente informe del Center for American Progress, una organización estadounidense que se encarga de la investigación y defensa de políticas públicas. Los investigadores citan que los registros de la Agencia Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) revelan que, entre 2011 y 2016, al menos 106.000 armas fabricadas en Estados Unidos estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México.


                De esa cifra, 74.200 fueron compradas legalmente en territorio estadounidense, pero el informe también señala que cada año cerca de 213.000 armas de fuego son transportadas ilegalmente hacia territorio mexicano.


                Ahora bien, es necesario precisar que de este número que a bote pronto podría sonar escandaloso, no todo ese armamento es usado por la delincuencia organizada, ni se queda en territorio nacional, es decir, es una realidad que ciudadanos comunes y corrientes, sin nexos con actividades delincuenciales se están armando ante la incapacidad del Estado de garantizar la seguridad incluso, el último año, en el área comercial de SEDENA se vendieron un promedio de 40 armas de fuego diarias, 14 mil 400 en todo el año. La organización México Evalúa informó, que en 5 años los hogares con un arma registrada aumentaron en 60%, al pasar de 145 mil 939 en 2011 a 232 mil 746 en 2016. Es decir hay un número creciente que están haciendo valer el derecho de poseer armas de fuego que señala el artículo 10° constitucional. Sin embargo, la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos vigente, que data de la década de los 70´s es muy limitativa, ya que su fin era evitar que grupos subersivos se armaran contra el Estado, sin embargo a casi 50 años de distancia, el país y la fenomenología delincuencial han cambiado, situaciónes que han propiciado el mercado negro entre civiles no relacionados con actividades delincuenciales. Por otro lado, muchas de las armas internadas en México tienen como destino final Centro américa y el caribe. El mismo documento señala que, de 2014 a 2016, 50.133 armas que se produjeron en los Estados Unidos fueron recuperadas como parte de investigaciones criminales en quince países de América del Norte, América Central y el Caribe.

                   Los niveles de violencia vividos no solo en México, sino en la región han venido en aumento de forma constante, la sociedad ya no está dispuesta a quedarse quieta sin hacer nada, sin embargo, tampoco podemos cometer el error que nuestro vecino país del norte al hacer tan laxos sus controles para el exceso de las armas de fuego. Es hora de pensar en una nueva Ley en la materia que permita, después de aprobar rigurosos requisitos como tener un modo honesto de vivir, antecedentes no penales relacionados con violencia con armas de fuego, también psicológicos para poder tener derecho a comprar un arma y despúes de adquirirla que se vea como obligatorio tener capacitación inicial y por lo menos una vez al año para poder seguir ejerciendo el derecho de tener este tipo de herramientas.

                Me es muy incoherente que el Estado haga programas para desarmar a la ciudadanía cuando: 1) es un derecho consagrado en la constitución y 2) deberían antes concientizar a la ciudadanía para que registre las armas que posea, siempre y cuando cumplan con las características que la ley en la materia indica. Es necesario el comprender que las políticas encaminadas a desarmar a la ciudadanía, se enfocan en eso, en la ciudadanía, se ve muy difícil que un delincuente lleve su arma con la cual sustenta su modus vivendi ¿No cree usted?


                Las armas no matan personas, las personas matan personas, la educación es la clave, veamos ejemplos de países con la misma densidad poblacional: Suiza, con alrededor de 9 millones de personas es un país muy seguro donde todo ciudadano tiene un rifle de asalto en su casa proporcionado por el gobierno, por otro lado tenemos a Honduras con poco más de 9,100,000 habitantes, donde los la ley contra armas es muy estricta y tiene una de las tasas de homicidios más grande del mundo.


¿Será que es hora de tener una nueva Ley en cuanto a armas de fuego se refiere? Tendremos que esperar a que la nueva administración federal que está por comenzar de rumbo.

hidalgomontes@gmail.com





domingo, 23 de septiembre de 2018

Desaparecidos y el “Tráiler de la Muerte”


Por: Mtro. Eduardo García Anguiano


          El tristemente célebre transporte jalisciense nos recuerda que el tema de los desaparecidos es muy difícil de esclarecer.


          En el foro ¿Olvido, verdad o justicia? realizado en julio de este año en El Colegio de México, se escuchó el reclamo de los familiares de los desaparecidos y voces similares se han expresado en otros encuentros en distintas partes del país.


          Los casos son diversos, se pide la presentación de estudiantes, policías, empleados, delincuentes, en fin, gente de diverso tipo y actividad, o como en el caso del “Tráiler de la Muerte” donde los cadáveres “reclaman” a los familiares desaparecidos.


          La petición común es saber la verdad de lo sucedido en cada caso en particular para hacer justicia, a lo que el futuro gobierno federal se ha comprometido a dar respuesta.


          Por lo declarado en ese foro y en otros, los diagnósticos y conclusiones los asemejan a los casos sucedidos en Sudamérica y Centroamérica, en donde conflictos en el marco de la Guerra Fría enfrentaron a los gobiernos con parte de su ciudadanía y en mucho esto originó las desapariciones.


          Este parangón deviene en que bastaría con que el gobierno federal entrante asumiera el poder político, sacara los archivos y demostrara dónde están los desaparecidos para hacer justicia.


          El diagnóstico y estrategia que se vislumbran no son de lo más acertados, pues las causas de las desapariciones en México no tienen el mismo origen a las del sur del continente; al escuchar las demandas de los familiares se concluye que los desaparecidos no se encontraban en una guerra contra el gobierno, sino en hechos cotidianos, enfrentamientos delictivos, en tránsito por el territorio, feminicidios u otras razones que originaron la desaparición.


          Por lo que una propuesta basada en técnicas de investigación e inteligencia criminal y periciales forenses auguraría mejores resultados, pues se privilegiarían las pesquisas individualizadas para cada caso en concreto, mas que de manera grupal.
  

          El trabajo gubernamental señalado requeriría de la participación de las diversas fiscalías y los tres órdenes de gobierno, considerando la naturaleza de cada una de las desapariciones, no objeciones entre las autoridades gubernamentales.
  

El novelista Víctor Hugo expresó: “Ser bueno es fácil; lo difícil es ser justo”.


@EGAnguiano





miércoles, 19 de septiembre de 2018

Lo que el Terremoto nos Quiso Enseñar y Nunca Aprendimos


Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes

El día de hoy es un día muy especial en México, el 19 de Septiembre de a las 07:17 horas, ocurrió un terremoto que alcanzó una magnitud de 8.1 en escala de Richter en la ciudad de México y se estima que dejó más de 20,000 víctimas fatales y cientos de miles damnificadas. Irónicamente, 32 años después, el pasado 19 de septiembre de 2018 a las 13:14 horas, un terremoto, esta vez, de magnitud 7.1 dejó 369 muertos y miles de damnificados en 7 entidades y que, a 12 meses de la tragedia no han sido resueltas sus necesidades en su totalidad.


Ambas tragedias pusieron a prueba a la sociedad mexicana, en donde muchos casos hubo una cohesión social nunca antes vista en la sociedad mexicana como en los trabajos para recuperar a los niños víctimas dentro de la escuela Enrique Rébsamen, reuniendo víveres y distribuyéndolos en las zonas afectadas o la solidaridad de un gran número de países no sólo de la región, sino del mundo entero.


En una primera instancia las redes sociales funcionaron como una alternativa de comunicación para la  coordinación para la administración de la crisis sin embargo también es necesario señalar que en una segunda etapa, la sobre información generó saturación de ayuda en unos lugares y escases en otros Hubo reprobables actos de rapiña por pseudo damnificados, corrupción para entregar ayuda por parte de algunas autoridades que lucraron con la desgracia de la población o con la actitud de muchos “millenials” que aseveraban que gracias a ellos el país se pondría de nuevo en pie.


¿Pero hemos realmente aprendido algo? La verdad es que no, como toda crisis crea un estado de sobre alertamiento inmediatamente después de que esta ocurre, pero conforme pasa el tiempo, comenzamos a ser cada vez más laxos con las medidas que habíamos tomado en cuenta, ya pocos llevan su información respaldada de forma digital, ni se diga de kits de primeros auxilios, sistemas alternos de comunicación o verificar la batería de los aparatos electrónicos para emergencias como radios, lámparas, etc. La naturaleza no avisa dos veces, es mejor tener algo y no necesitarlo, como un kit de primeros auxilios que necesitarlo y no tenerlo. Este desastre natural hizo una herida profunda en México y más allá de presumir logros, debemos de disminuir la probabilidades de ser víctimas de otro fenómeno natural o social a través de realmente adoptar en lo individual, lo familiar y lo social una cultura de prevención. Tomen cursos de primeros auxilios, tengan reservas de comida en sus casas, aprendamos a no depender 100% de la tecnología, tenga formas alternas de comunicación con su familia. No es necesario que la naturaleza nos recuerde de nuevo que tan insignificantes somos, hay que estar preparados ya que uno nunca sabe lo que pueda ocurrir.


hidalgomontes@gmail.com



domingo, 16 de septiembre de 2018

Los Militares y la Seguridad


Por: Mtro. Eduardo García Anguiano


         Con relación a la participación en la seguridad de las fuerzas armadas, los mexicanos tienen ideas diferentes a las de los críticos con opinión publicada.


          Corresponde al Ejército y a la Marina llevar a cabo acciones de combate contra el crimen organizado, así opinan ocho de cada 10 mexicanos, de acuerdo con la encuesta telefónica “Fuerzas Armadas”, realizada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados.


          Asimismo, señalaron que ambas instituciones deben continuar con el patrullaje en las calles y carreteras nacionales. La encuesta también identificó que entre las instituciones que realizan tareas de seguridad, el Ejército y la Marina son las mejor calificadas.


          El estudio del CESOP nos dice que el 74% de los encuestados apoyó la creación de una ley que otorgue un marco legal que apoye a la Secretaría de la Defensa Nacional y a la Secretaría de Marina, para realizar labores contra el crimen organizado.


          Sobre la pregunta de cuáles deberían ser las labores que desempeñara el Ejército, un 54% de los encuestados contestó que el combate al crimen organizado; 22% respondió que le corresponde trabajar por la seguridad nacional y; 18% señaló realizar programas en casos de desastres naturales.


          Estas opiniones no están lejos de lo que dicen nuestras normas y programas de gobierno, pues el crimen organizado está catalogado como asunto de seguridad nacional en el Programa para la Seguridad Nacional 2014 – 2018 y, por supuesto, contenido en la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.


          Cuando se dice que las corporaciones policiales locales no están preparadas para el control del crimen organizado se menciona como si fuera su obligación, cosa que es incorrecta, pues por disposiciones constitucionales les corresponde la seguridad pública, conforme a lo dispuesto en el Artículo 21 de la Constitución General de la República.


          Por lo que aun con policías locales muy capaces, las fuerzas armadas y la Policía Federal deben seguir actuando contra el crimen organizado, salvo que cambiase el marco legal vigente.


León Tolstoi expresó: “Los dos guerreros más importantes son la paciencia y el tiempo”.


@EGAnguiano




jueves, 13 de septiembre de 2018

Los "Porros", la Autonomía Universitaria y el Desconocimiento de las Autoridades


Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes


El 3 de septiembre pasado, presuntos porros disolvieron a golpes una protesta de estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco frente a la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Los estudiantes del CCH exigían a las autoridades universitarias más espacios para la cultura en su plantel, así como el alto a los cobros indebidos y no más casos de acoso dentro de la escuela.


Cuando la protesta se realizaba pacíficamente frente a Rectoría, un grupo aproximado de 50 jóvenes, presuntamente porros, agredió a los alumnos con palos, piedras y petardos, provocando que la manifestación se disolviera.


La postura de la UNAM  fue la reprobar enérgicamente la violencia ocurrida ese lunes en contra de los alumnos que se manifestaban en forma pacífica en la explanada de la Rectoría. La Universidad destacó que agresiones como la sucedida esa tarde son inadmisibles, pues solo buscan enturbiar el ambiente y desestabilizar la vida académica de dicha casa de estudios.


Ahora bien, para nuestros estimados lectores que nos leen fuera de territorio mexicano así como para los que desconozcan el significado de la palabra “Porro” les aclaro que, se denomina “Porro”, al integrante de una organización que persigue distintos intereses particulares, ya sean éstos políticos o económicos, basados en la violencia organizada, en el asilarse en instituciones estudiantiles y en el fungir como grupo de choque mercenario. Realizan o rompen huelgas estudiantiles. Generalmente son elementos que tienen matrícula de inscripción universitaria, pero que nunca pasan de año, "fósiles" en el argot universitario pero listos para actuar cuando se les requiere.


Tales organizaciones se caracterizan por obstaculizar la vida estudiantil mediante actos de vandalismo, asalto, extorsión económica y golpizas sistemáticas a cambio de beneficios económicos, prestándose como grupos de choque que desprestigian a las más importantes instituciones de educación.


La UNAM se vio imposibilitada de controlar este acto de reprobable violencia donde no recibieron apoyo de los cuerpos policiales de la ciudad, ya que, uno de los argumentos más usados por autoridades universitarias así como civiles no tan solo en esta universidad, sino en todas las universidades autónomas del país, es alegar la “autonomía” universitaria y, según ellos, las autoridades policiales no tienen facultad legal para ingresar, sin embargo, se confunde “autonomía” con “soberanía” y la diferencia entre uno y otro concepto son muy marcadas.


Es decir, el problema yace en el lenguaje, la comunicación, y en esta ocasión no me refiero a la comunicación entre los grupos en conflicto, sino en no saber el verdadero significado de lo que se declara. Autonomía es la potestad que dentro de un Estado tienen municipios, provincias, regiones u otras entidades para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios, siempre y cuando no violenten una legislación general En este caso en concreto, su autonomía es presupuestal, administrativa y de gestión y no puedes estar encima de lo legalmente establecido ya que de lo contrario, caeríamos en soberanía que se refiere a poder político supremo que corresponde a un Estado independiente y ninguna universidad autónoma lo es y  cómo en líneas anteriores se aclara, tienen que subordinarse a los que las leyes indican


                Lo anterior da como resultado una anarquía dentro de muchos de estos centros universitarios autónomos donde las autoridades universitarias se ven rebasadas en temas de seguridad como narcomenudeo, violencia de género, extorsión entre otras y las autoridades civiles no tienen los pantalones puestos para poner orden debido a temor a conflictos político-sociales, mientras las víctimas reales son la comunidad universitaria….que triste.


hidalgomontes@gmail.com





domingo, 9 de septiembre de 2018

El Presidente y la Seguridad


Por: Mtro. Eduardo García Anguiano.


          Las primeras acciones que tome el nuevo gobierno de la República se inscribirán en el mismo marco jurídico que tuvo el gobierno anterior y por ende las responsabilidades serán las mismas.


          Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente o sea del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación; dice el numeral VI, del Artículo 89 de la Constitución del país sobre las facultades del Presidente de la República.


          Por lo que a partir del primero de diciembre del presente año las acciones que realicen las fuerzas armadas en todo el territorio nacional serán responsabilidad exclusiva de su comandante supremo.


          Las leyes que apoyan esta facultad presidencial son la Ley de Seguridad Nacional y la Ley de Seguridad Interior, por lo que las fuerzas armadas tendrían que ajustarse a sus preceptos para atender los asuntos de competencia de ambas legislaciones.


          La Ley de Seguridad Nacional no faculta a las dependencias federales para asuntos de seguridad pública en estados y municipios y la de Seguridad Interior está cuestionada en el Poder Judicial de la Federación, sin que hasta la fecha se tenga noticia de su resolución al respecto.


          Si llegado el caso se empleara a las fuerzas armadas en otras tareas como las correspondientes a la seguridad pública, que consisten en atender principalmente delitos del orden común y faltas administrativas mediante tareas de vigilancia de áreas públicas, detenciones en flagrancia y vialidad, se estaría en el supuesto que han cuestionado las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos, incluyendo al partido en el que milita el próximo titular del Poder Ejecutivo Federal.


          Llegado el momento será interesante conocer el fundamento legal que se esgrimirá cuando se emplee a soldados y marinos en esta posible tarea, ¿usted qué opina?


En “Los Versos Satánicos” del escritor Salman Rushdie se lee: “El olvido es seguridad”.

@EGAnguiano