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martes, 28 de enero de 2020

El Fantasma de la Violencia Homicida


Por: Eduardo García Anguiano


Un fantasma recorre México con su halo de muerte que se cristaliza en delincuentes impunes.


Dos sucesos que se conectan entre si han destacado en el panorama nacional, por una parte, la cifra de homicidios dolosos del año 2019 y por otra, las peticiones de la gente para que se procure e imparta justicia.


Homicidios.- 34 mil 582 personas fallecidas dolosamente (si la cuenta se hiciera por día en tres alcanzaríamos lo muertos de la madre patria en un año), fueron menores, mujeres y hombres, cuyos trágicos casos en su gran mayoría siguen sin esclarecerse. 


El fantasma de la violencia homicida no se transfigura en culpabilidad, la oscuridad de la noche lo protege al otorgarle el goce de ese dulce manto de la impunidad, ¿quién es el responsable de haber prevenido esos homicidios y actuar en consecuencia?, ¿quién es el responsable de procurar e impartir justicia?


Los gobiernos locales y el gobierno federal tienen algunas tareas por hacer al respecto. Si cada uno corre por su lado menos resultados ofrecerán para sacar de la penumbra a la gente, sobre todo a la menos favorecida económicamente.


Peticiones.- Los familiares de las víctimas de los homicidios deambulan en un mar de lágrimas, junto al llanto traen la rabia de sentirse impotentes; se dirigen a las autoridades o a las organizaciones sociales para que los ayuden, cuando las primeras no dan respuestas satisfactorias. 


Algunos afectados optan por pedir auxilio a gobiernos extranjeros, otros emprenden el camino para pedir y/o exigir que las autoridades hagan su trabajo y recuperen las funciones del Estado olvidadas. 


Mientras tanto, con sol o sombra, el fantasma de la violencia homicida da más quehacer a sacerdotes y funerarias porque sigue recorriendo las tristes calles donde peregrina la sociedad mexicana, esa raza cósmica que se niega a perecer al son de sus familiares masacrados.


El filósofo Albert Camus expresó: “Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo”.


@EduardoGarci18







domingo, 19 de enero de 2020

Ya no es una Ola, ya es una Marea de Migrantes


Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes


A escasas dos semanas de comenzar este 2020, se comenzó a formar la primera caravana migrante, ya la semana pasada, medios escritos y digitales comenzaban a narrar el nuevo éxodo que estaba por venir, y este fin de semana se concretó el primer intento de entrar a territorio mexicano, un grupo de aproximadamente mil 500 migrantes centroamericanos integrados por hombres, mujeres, niños y ancianos intentaron ingresar a territorio mexicano a través del puente Rodolfo Robles de forma desordenada, es decir, sin mostrar documentación alguna, por lo que las autoridades migratorias y elementos de la Guardia Nacional cerraron la reja perimetral y los contuvieron con gas pimienta (en el argot de la seguridad, oleoresin capsicum).


Ante el bloqueo del ingreso, los migrantes se agruparon para tratar derribar la reja. Por lo que los integrantes de la Guardia Nacional les lanzaron gas para contenerlos, y esta vez, créalo o no, no existieron los abrazos, pero si garrotazos.


Lo anterior obedece a los acuerdos que en materia migratoria han acordado México y Estados Unidos, sin embargo aún no se ve una estrategia real del Gobierno Mexicano para afrontar este problema que se ve no vaya a disminuir y la sola contención no resolverá el problema.


A pesar de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador anunció un programa de asistencia para Centroamérica, la verdad es que solo quedó en un anuncio mediático, incluso pretendió desviar el dinero de Iniciativa Mérida para el desarrollo de la zona, aún cuando esa ayuda es para seguridad y procuración de justicia lo que provocó una inmediata protesta por el dueño del dinero, Estados Unidos.


Ahora bien, si no se genera un programa real para no solo contener las caravanas si no resolver los problemas de fondo que las generan, México  no estará en probabilidades de soportar el flujo de migrantes, es hora de reconocer la crisis que hoy tenemos en materias como economía, seguridad y salud. No hemos podido garantizar el acceso a la salud para nuestros connacionales, menos podremos con olas continuas de migrantes. Muchos de los miembros de estas caravanas son migrantes legítimos que buscan una mejora para sus familias, pero desgraciadamente y como quedó comprobado con  caravanas anteriores, también existen delincuentes que buscan colarse dentro de éstas para cometer ilícitos en territorio mexicano y si logran cruzar la frontera norte, también en Estados Unidos de forma convencional y también organizada.


Este fin de semana, en la Ciudad de México, el Secretario Seguridad y Protección Ciudadana Federal, Alfonso Durazo, en el marco de la graduación de 1,914 nuevos elementos de la Guardia Nacional (GN), advirtió que “vienen meses difíciles” en materia de seguridad (algo que todo mundo ya sabía) y que estarán enfrentando una dura prueba, incluso sentenciando que deben estar preparados para “dar la batalla” (situación que contradice la postura del presidente de México de no confrontación) Sin embargo, el factor de las caravanas migrantes por venir agravarán una situación ya insostenible en un México que ya no puede más.


hidalgomontes@gmail.com




sábado, 18 de enero de 2020

Narcomenudista, Huachicolero, Comerciante Informal y Migrante


Por: Mtro. Eduardo García Anguiano


          Las condiciones socioeconómicas contribuirán a elevar algunos índices delictivos en este año 2020.


          Algunos oficios ayudarán a mantener el ingreso de las familias mexicanas después de un año con nulo crecimiento económico, sin embargo, su mayor incremento no elimina el carácter ilícito de algunos de ellos, dichos oficios son: narcomenudista, huachicolero, comerciante informal y migrante.


Narcomenudista y huachicolero.- Estas actividades se incrementarán por varios incentivos: la carencia de una política nacional coordinada que controle el narcomenudeo, el alza en los precios de las gasolinas y la impunidad por la venta ilegal de hidrocarburos, así como por la necesidad de obtener un ingreso ante la caída del empleo formal, sea como narcomenudista, huachicolero o “halcón”, pues según datos del IMSS hubo una reducción de 36 mil empleos formales con relación a noviembre 2018.


Comerciante informal.- El nulo crecimiento económico y la falta de empleo formal llevarán a las personas que no acudan a las actividades ilícitas, a la venta de productos en el mercado informal, asimismo, favorecerá a ello la política de cacería de contribuyentes que no estimula las actividades económicas legales. Lamentablemente los productos cuyo comercio se incrementará serán obtenidos por el contrabando, robados o simplemente no pagarán impuestos por este tipo de actividad.


Migrante.- Los mexicanos que residen fuera del país continuarán enviando remesas a sus familiares debido a que trabajan donde hay crecimiento económico, muestra de ello es que a noviembre de 2019 enviaron 33 mil millones de dólares a México, cantidad superior a las exportaciones petroleras. Por lo anterior, la entrada de más inmigrantes a Estados Unidos de América no es una opción que favorezca a los paisanos mexicanos que ahí laboran, pues su llegada presionaría las condiciones del mercado de trabajo a la baja y minimizaría las posibilidades de seguir enviando remesas al ritmo actual.

          Los anteriores oficios y ser migrante en mucho contribuirán al sostenimiento de la economía familiar, aunque sigan deteriorándose las condiciones de seguridad en el país, debido a que su naturaleza trae consigo violencia o la comisión de diversos ilícitos.


          La novelista Marguerite Yourcenar escribió: “Existe entre nosotros algo mejor que un amor: una complicidad”.


@EduardoGarci18




sábado, 11 de enero de 2020

¿Dónde jugarán los niños?


Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes


El pasado 10 de enero de 2020 quedará en la memoria de la ciudadanía de la Ciudad Mexicana de Torreón, en el estado de Coahuila donde un niño, de apenas 11 años, mató a su maestra y luego se quitó la vida, no sin antes lesionar a seis personas (cinco niños y un maestro de educación física).


Las declaraciones de las autoridad no tardaron en transmitirse: “Un niño de 11 años “al parecer con un problema disfuncional”, ingresó al plantel educativo dos armas de fuego y fue quien asesinó a su maestra para posteriormente suicidarse”, confirmaba Jorge Zermeño Infante, alcalde de Torreón, Coahuila.
“Hay cuatro personas heridas, creo que son tres niños y un maestro que andaba en el patio”, informó.  


Tanto el Gobernador del estado. Miguel Ángel Riquelme, así como el Fiscal estatal, el Dr. Gerardo Marquez Guevara sostuvieron minutos después, en una rueda de prensa de lo sucedido y que, debido a que el menor vestía ropa similar a la que usa el protagonista de un videojuego llamado Natural Selection, los videojuegos apuntaban a ser los responsables.


En este panorama no hay nada más irresponsable que lo que las autoridades locales hicieron, el señalar culpables antes de que se lleve a cabo una investigación juiciosa raya en un sinsentido.


El problema no son las armas, ni los video juegos, el hecho solo fue el resultado de un cúmulo de factores no identificados a tiempo ni en el entorno familiar, el personal (es decir, las amistades), ni en el escolar. ¿Cuáles son dichos factores? ¡Ah! pues eso es precisamente lo que hay que investigar.


El culpar a las armas de fuego es lo más fácil de hacer, sin embargo, en una situación límite el perpetrador pudo haber escogido otro instrumento para lograr su cometido. El culpar a los videojuego también, ya que, en muchos de ellos se ven escenas de violencia. Desde 1994 que se fundó el sistema estadounidense para clasificar el contenido de los videojuegos, y asignarle una categoría dependiendo de su contenido, el Entertainment Software Rating Board  (ESRB por sus siglas en inglés) se han hecho docenas de investigaciones por parte de universidades y ONG´s en todo el mundo que han concluido de forma tajante que los videojuegos, no generan violencia y para ejemplificar lo mencionado, daremos un dato. Japón ocupó el puesto número 9 en el Índice Global de la Paz, liderado por Islandia. Este ranking enumera a los países más seguros del mundo y también a los más inseguros. Según los reportes de la oficina de la ONU sobre drogas  y crímenes (UNDOC), en ese mismo en suelo nipón se cometieron 0.28 homicidios por cada 100 mil habitantes. Estas cifras indican que, aunque estos casos existen, son muy bajos con relación a otros países, como por ejemplo México. Usted dirá ¿Eso que tiene que ver? Pues imagínese que  Japón y Corea del Sur, son los países que más consumen videojuegos, los índices de asesinatos con armas de fuego son más bajos que el resto. Estos países asiáticos son unos de los más seguros del mundo gracias a una combinación entre leyes rigurosas, políticas de prevención y un conjunto de actividades comunitarias y educativas.


Entonces ¿quiénes son los culpables? La verdad, es que todos lo somos en cierta medida, si leyó usted bien, toooooooooooooooooooooooooooodos. Lo más fácil del mundo es culpar a los que tenga que ver con la violencia y satanizarlo. Es tan infantil como el siguiente dato: al año mueren más personas en el mundo por accidentes donde automóviles se ven involucrados que por armas de fuego, entonces ¿Por qué no los han prohibido si son los instrumentos que causan las muertes?


La verdad es que, nos duela reconocerlo, hubo señales  anteriores al hecho que, de ser identificadas y atendidas pudieron evitar esta tragedia, es importante la inclusión de personal con conocimientos en factores que generen violencia y delincuencia en puestos de prefectura dentro de las instituciones educativas para poder prevenir a tiempo estas desgracias, más importante aún, se necesitan padres responsables que asuman su rol, que entiendan de principios, valores y disciplina y que educar a los hijos no es ponerles una Tablet o un Smartphone para que se entretengan o no hagan un berrinche, para todo hay edad, lugar y momento solo así nos dejaremos de pregunta ¿Dónde jugarán los niños?.


hidalgomontes@gmail.com