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viernes, 13 de diciembre de 2013

Cultura de la Ilegalidad.


Por: CriminólogoRoberto Jurado Palomares


"Lo más terrible se aprende enseguida
Y lo hermoso nos cuesta la vida."
Silvio Rodríguez


AV: Muy buenas tardes por favor sus licencia y tarjeta de circulación
C: Aquí tiene oficial
AV: mi joven va en exceso de velocidad y se pasó el alto; voy a tener que retener el vehículo
C: No oficial écheme la mano.
AV: Como me pide usted eso; no ve que pone en riesgo mi trabajo.
C: Mire va a quedar aquí entre nosotros, apóyeme y ya no lo molesto tengo que llegar a la casa.
AV: Es que joven como cree, además pues… la verdad viene un compañero y pues no…no creo que quiera; deme un minuto le comento.
Un minuto después
C: ¿Qué paso oficial?
AV: pues mire ya hable con mi compañero y me dice que…pues por esta vez le vamos a apoyar.
C: Hombre oficial muchas gracias; pero… ¿cuánto va a ser? (voz baja)
AV: Pues que le parece una manita de gato ($ 500.00 (quinientos pesos))
C: Híjole no sea mala onda solo traigo una sor Juanita ($200.00 (doscientos pesos))
AV: Órale pues ya échalos pero discreto aquí como que me saludas; porque esto pone en riesgo mi trabajo.
C: Pues muchas gracias oficial (se le acerca al oficial simulando un saludo y con esta acción se realiza la transferencia manual que cubre el monto del apoyo; vulgarmente conocida como mordida)
AV: Pues joven váyase con cuidado; porque esta zona más tarde se pone medio peligrosa.
C: Si oficial, pues le agradezco, que tenga buen día.

Cualquier parecido con "Casos de la Vida Real", "Cada Quien su Santo" o "La Rosa de Guadalupe"; es mera coincidencia.


Es tan común ya encontrar este tipo de historias en nuestras casas, algunos las comentan con enojo, otros los actúan y pues no falta el que se indigna, pero lo relaja aquel con mayor experiencia e incluso brinda Tip’s, basados en experiencia exitosas.


El asunto es ¿cómo podemos asimilar de manera pronta la ilegalidad? y se nos hace tan funcional eficiente y expedita. Pero quien tiene la culpa para que se convierta en ordinario, cultural y casi casi consuetudinario. Si bien; es real que el funcionario público por ninguna manera debe aceptar ninguna dádiva por la realización de su trabajo mucho menos por dejar de hacerlo u omitirlo. Pero; donde quedamos nosotros como ciudadanos si nosotros mismos generamos la diada corrupto/corrompido. En este momento solo me centro en un evento al parecer simple, pero aquí, no para. Ya que este tipo de ejercicio abarca hasta la inocencia o culpabilidad penal o todo aquello que se pueda pagar.


Concluyo; la cultura de la ilegalidad se ha vuelto eso algo cultural, algo que inicio como una mala costumbre, pero ha echado raíces en nuestra cotidianidad, no exijamos mandatarios, autoridades, funcionarios o servidores públicos que no merezcamos ya que la corrupción necesita de dos. De nada sirven las buenas intenciones si no las acompañamos de hechos, recordemos que la justicia es un ejercicio imparcial y se aplica con la fuerza de la legalidad; pero si corrompemos, adaptamos, comercializamos o ajustamos constantemente nuestra legalidad tendremos un país ausente de Justicia.



crime_investigatiolive.com.



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