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domingo, 5 de enero de 2014

De la Percepción a la Realidad


Por: Crim. J. Darío Hernández Guzmán


     El término percepción se ha hecho común en el ámbito gubernamental sobre todo cuando se refieren a la percepción de la Seguridad Pública, pero, ¿a que se refiere ese término? Empecemos por recordar que la percepción "es una función que nos permite recibir, procesar e interpretar información del exterior. Apegados a este concepto intentaré descubrir qué es o a qué se refieren."


     De inicio sabemos que para tener la percepción de algo o alguien es imprescindible recibir información. En el caso específico de México, en el que la prensa y medios de comunicación realizaron un pacto por “no promover la violencia” y evitar que salga a la luz pública los enfrentamientos, levantones, ejecutados y demás actos sui generis de la delincuencia organizada, de cuello blanco y de la común, entonces pregunto, ¿Qué información recibo? Por si fuera poco se complica más cuando la lectura es lo menos común entre los ciudadanos y evitamos prensa escrita, revistas científicas, sociopolíticas y económicas y nos quedamos con lo que dicen los noticieros de la televisión abierta, que carecen de veracidad y seriedad, o peor aun con lo que dice el libro vaquero o la revista de la farándula y sociales.


     Doblemente jodidos cuando hablamos de procesar información, pues como hemos señalado, la información no llega y su obtención se dificulta por falta de promoción y por desconocimiento de la existencia de la misma. En el supuesto que llegue a nuestras manos, nos enfrentamos a la difícil tarea de analizar y comprender su contenido, lo que hemos dejado de hacer desde hace mucho tiempo, y como dicen los que saben de medicina: musculo que no se ejercita, se atrofia. No cabe duda que el gobierno tiene todo bajo control, pues el proceso de enseñanza – aprendizaje es deficiente y en la escuela nos enseñan a memorizar, pero no obstante con eso, nos trabajan la memoria temporal porque la información permanece durante el examen o para nuestra exposición en clase, después de ello, se esfuma como algo inservible que nos quita espacio.


     Por fin hemos llegado al punto más interesante, la interpretación. Estamos conscientes que no tenemos información o en el mejor de los casos es escueta, y como no recuerdo nada de la historia de México ni de lo que sucedió en el pasado inmediato y menos entiendo de cuestiones sociales, políticas o económicas, entonces me limito a opinar con la información inmediata y breve. Inspirado, pienso y expreso: “aquí no pasa eso”, “ni son de mi familia”, “que trabajen los flojos”, “lo que importa es que gane México”. 


     Pero el tema central es la percepción de la Seguridad Pública y el principal factor de una falsa percepción son los distractores que tenemos, tales como telenovelas, reality shows, futbol, box, tragedias, mediatización y comercialización de la desgracia humana en cadena nacional como el teletón, juguetón y tantas supuestas campañas en pro de los que menos tienen. Para que al final nuestros gobernantes, al rendirnos cuentas, nos digan que el Estado de Derecho está garantizado, que la incidencia delictiva ha disminuido, que la delincuencia organizada pierde fuerza, que la paz social es palpable en cualquier rincón, que la tasa de desempleo tiende a la baja, que las reformas son por el bien de México y los mexicanos.


     La realidad es que más patrullas y policías no significan seguridad, más armas de fuego no garantizan la integridad física ni patrimonial, mas años de cárcel no disminuyen la incidencia delictiva, más clínicas no evitan las adicciones, la creación de más hospitales y escuelas no garantizan el acceso a los servicios, obras con concreto hidráulico y muchas lucecitas de adorno no generan paz. La percepción de la seguridad pública es lo que los gobernantes nos hacen creer, más no realidad cualitativa.


     Debemos hacer conciencia de lo que vemos, oímos, sentimos y hacemos porque, como dijo el actor y comediante mexicano Mario Moreno Cantinflas “Ahí está el detalle”


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