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miércoles, 8 de enero de 2014

Seguridad Prospectiva 2014



Por: Eduardo García Anguiano


Temas selectos de seguridad nacional y pública los principales retos del nuevo año.


     La costumbre indica desear parabienes en los comienzos de un intervalo de tiempo, la buena noticia para el que iniciamos sería determinar prioridades como retos a enfrentar.


Seguridad Nacional.- Crimen organizado y autodefensas los riesgos de mayor impacto para el Estado.


     A diferencia de otros países, el nuestro tendrá que dirigir esfuerzos principalmente hacia el interior que mirar por riesgos externos, los óbices a vencer son la afrenta al Estado para ejercer el uso legítimo de la fuerza en partes específicas del territorio nacional.


     Y no sólo eso, de por sí ya grave, también factores derivados al fenómeno como la debilidad institucional para ejercer otras funciones estatales como la promoción del crecimiento económico, deberán atenderse por lo menos en: Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Tamaulipas.


     Cuatro capacidades estatales tendrán que alinearse para atender los riesgos: políticas, policiales, militares y de inteligencia, complementadas por la social en la medida en que se vaya retomando el control de las “zonas grises” del Estado nacional, de lo contrario el ejemplo del “germen autonómico de facto” que acontece en Chiapas será un tema a debatirse, por lo que pensar que no hubo amenazas armadas en el aniversario público del EZLN, es cosa del pasado y no propio de la seguridad de 2014.


Seguridad Pública.- Secuestro, extorsión y homicidio, los delitos más inquietantes para la gente.


     El tema de las cifras es sólo el indicativo de un problema mayor que va hacia el origen de los delitos, lo de hoy no estriba en delincuentes que aisladamente cometen delitos al buscar recursos para subsistir, que aunque los haya, la verdadera magnitud de la inseguridad consiste en el surgimiento de la mafia mexicana que cristalizó los delitos como expresión de una economía lucrativa, entre otros motivos, porque en la relación costo – beneficio sale ganando ante la baja efectividad en la relación denuncia – justicia.


     Desmantelados los brazos tutelares de un Estado social de bienestar, el narcomenudeo, el comercio ambulante y la migración, se convirtieron en los proveedores de recursos para amplios sectores de la población que no acceden a la actividad económica formal y por lo menos el primero de ellos se asocia directamente a los delitos de alto impacto, los otros son la expresión de la falta de alternativas de ingreso lícito.


     En este contexto, la prevención delictiva y social en los programas de los tres niveles de gobierno, pudiera consolidarse como una medida de largo aliento para frenar al delito expresado en la tendencia de las cifras estadísticas.


     El esfuerzo deberá complementarse con las tareas de procuración e impartición de justicia, que si bien atienden el problema desde lo concreto ante cada delito, su importancia de largo plazo consiste en fomentar la cultura de la legalidad.  


     Por lo que en 2014 el aumento del estado de fuerza policial, su profesionalización, la reacción rápida, la inteligencia delictiva, el mando único policial, los juicios orales, la reforma de códigos penales, los proyectos de prevención del delito y la cultura de la legalidad, en el marco de la coordinación intergubernamental podrán erigirse en tareas detonadoras.


     Todo ello es fácil de realizarse por extraño que suene la afirmación, ya que un Estado social de bienestar con políticas y agentes económicos que generasen modos de vida atractivos ante la economía ilegal y criminal, sería el contenido de una carta a los reyes magos.



@EGAnguiano






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