10 Años de Guerra
Por: Eduardo García Anguiano
El 11 de
diciembre de 2006 entraron a Michoacán siete mil soldados aproximadamente.
En términos
generales los países observan lo estipulado en la Convención de las Naciones
Unidas contra el Tráfico de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988,
sin embargo, cada uno es libre de moverse en el ámbito de su soberanía, dentro
de los márgenes acordados en el ámbito internacional.
Debido a lo
anterior, algunos gobiernos han despenalizado el uso de algunas sustancias con
fines recreativos y/o médicos, pues dirigen sus esfuerzos al tema de la demanda
desde hace muchos años y otros lo han hecho más recientemente. Recordemos que
la propia Convención no penaliza la producción de drogas para fines médicos y
por ello muchos países las producen y algunos se acogen a no penalizar el uso
tradicional, como es el caso de México.
Muchos países
prefieren las acciones contra la oferta del mercado de drogas como México,
cuyos resultados han arrojado:
· Una elevación de
la tendencia de homicidios, extorsiones y crisis de derechos humanos.
· Miles de desaparecidos
y desplazados por la violencia.
· Un ejército que
poco a poco pierde legitimidad en la medida que sigue encabezando la “guerra”.
· Muchos
detenidos y cárceles sobrepobladas.
· El reparto de
una “renta criminal” a distintos niveles gubernamentales.
Los argumentos
en pro de las acciones de la guerra han sido:
· El Presidente
no se quedó cruzado de manos y actuó.
· Se atrevió a
enfrentarse contra el enemigo. Hizo lo que otros no.
· Sintetiza la
visión una frase ante los cuestionamientos: “Si sólo hubiera tenido piedras
para defender a tu hijo, las hubiera usado”.
Si reflexionan
deducirán que los pros son de sentido común ante un fenómeno complejo por lo multifactorial.
Muchas voces dan cifras sobre los problemas de los años en que hemos vivido en
peligro, hay otras que junto a expertos internacionales han planteado salidas
con cambios de paradigmas.
Para quienes
prefieren la guerra es pertinente recordarles que Sun Tzu expresó: “Un ejército
victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado
lucha primero e intenta obtener la victoria después”.
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