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jueves, 2 de marzo de 2023

 La Estrategia de Seguridad que puede ser un Desastre en la Región


Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes


En últimas semanas, el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Ha dado mucho de qué hablar por la estrategia que sigue contra ciertos grupos delincuencias así como la inauguración dEl Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). Un centro penitenciario de máxima seguridad que cuenta con capacidad para 40,000 personas privadas de su libertad, pero estas personas no son delincuentes normales, son exclusivamente pandilleros


No es nuevo la política contra las Maras (Como se les conoce a las organizaciones pandilleriles en centro Sudamérica), podemos recordar los inicios de esta cruzada allá por el 2003 cuando se llevó a cabo el “Programa Mano Dura”, sin embargo, por falta de visión de Estado y presupuesto quedó en el imaginario colectivo como un esfuerzo que, de haberse seguido hubiera dado mejores resultados.


Ahora, más de una década después y con impulsos renovados que ha tenido el presidente Bukele, la cruzada contra las Maras ha dado el paso siguiente, tratando de borrar todo vestigio de éstas incluso en los cementerios, donde ha mandado a demoler toda lápida que haga alusión a las pandillas, permitiendo solo el nombre de la persona fallecida, fecha de nacimiento y de deceso. Llegado al punto de declararlas Organizaciones Terroristas. Esta definición no es nueva, lo hace por primera ver el investigador norteamericano Chris Blatchford en su libro “Mafia Chicana” hace más de una década, donde las define como “Grupos de Terrorismo Urbano” y aunque para algunos pudiera sonar exagerado, si somos juiciosos, muchas de las pandillas que existen hoy en día a nivel mundial pueden encajar perfecto en esta definición y en el caso del salvador basta con el siguiente ejemplo: En el año 2010 en un populoso barrio del municipio de Mejicanos, miembros de las maras rociaron gasolina y prendieron fuego a un camión de transporte público con 32 personas dentro, resultado 17 de estas calcinadas y 15 sobrevivientes con quemaduras de segundo y tercer grado. Esto estimado lector, es, sin duda, es un acto de terror, por lo que si encaja en la definición anteriormente mencionada.


Lo cierto es que estas medidas por el actual gobierno salvadoreño han generado la reducción significativa de la violencia en el país centroamericano incluso al grado de celebrar el pasado 17 de febrero la sorprendente cifra de 300 días consecutivo sin homicidios relacionados a las maras. Aunque por otra parte hay muchas voces que alegan que, muchas de estas acciones van en contra de los Derechos Humanos, haciendo que el presidente Bukele haga referencia un sin número de veces que lo importante son los derechos de las personas de bien y de las víctimas de la violencia y la delincuencia que éstos grupos generan


Es aquí, donde comienza la parte triste de esta historia, la preocupante y tiene que ves con falta de comunicación y desinterés por el tema. Y es que no hay una política integrada y colaborativa entre naciones de la región para combatir este tema por lo que un efecto cucaracha o pasta de dientes se ve muy cercano. Al apretar el Salvador a todas estas organizaciones, un desplazamiento forzado los hará llegar a otros países o aumentar su presencia en ellos, como en el caso de México, donde miembros de la Mara Salvatrucha y del Barrio 18 han sido identificados en organizaciones dedicadas al sicariato, trata de personas, extensión, narcomenudeo y tráfico de armas. E incluso, desde que El Salvador aprobó el uso de la criptomoneda Bitcoin como un instrumento financiero de uso legal ha prendido las alertas a nivel internacional por el probable uso de éste en delitos de lavado de dinero.


Le pido estimado lector, que analice este panorama. Si no tenemos bases compartidas entre Estados Unidos y Canadá de las personas deportadas a México de estos países, donde tienen tecnología, recursos y controles más estrictos, menos los vamos a tener con nuestros vecinos del sur donde nuestra frontera es lo más parecido con una coladera o un queso gruyere.


El desinterés de parte de los países vecinos del Salvador es patente y la falta de información y/o inteligencia que permita rastrear sus actividades y su migración puede generar una crisis de seguridad paralela a la que generan los cárteles mexicanos. Lo anterior, debido a que los cárteles mexicanos hacen asociaciones de outsourcing con pandillas como en el caso de los Mexicles, Artistas Asesinos, Los Aztecas, La Mafia Mexicana, Nuestra Familia, entre otras y la llegada masiva de otras organizaciones puede generar un aumento significativo de la violencia y la delincuencia. Y estamos a un periodo corto de tiempo que nos agarren con los dedos en la puerta. La falta de visión global de ciertos temas de seguridad puede agravar la ya complicada crisis que en la materia México vive


hidalgomontes@gmail.com




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