La Verdad del Sistema Penitenciario
Por: Guillermo Alberto Hidalgo Montes
No es nada
común escuchar al colectivo social dirigirse a los custodios penitenciarios
como corruptos, responsables de todas las fugas, incompetentes, violadores de derechos humanos, entre otros
muchos vituperios. Sería ingenuo negar que parte de eso es cierto, pero
recalcando el “parte de eso”, la verdad es que lejos del glamour y la
publicidad del “Nuevo Sistema de Justicia Penal” que instaura la oralidad
adversarial, el cual apenas comienza en México, el eslabón correspondiente a la
seguridad penitenciaria es el más endeble y no por culpa de los custodios
penitenciarios como se piensa.
El error más
grave dentro del Sistema Penitenciario está desde la base, lo anterior debido a
la capacitación que se da al personal. El curso de formación inicial para Policía
Preventivo (a nivel federal, estatal o municipal) debe de contener una duración
mínima de 882 horas de capacitación (alrededor de 6 meses) contra 471 horas de
capacitación para convertirse en Custodio Penitenciario (poco más de 3 meses),
esto según el Plan Rector de Profesionalización vigente del Sistema Nacional de
Seguridad Pública (que es el órgano rector en la materia de formación y
profesionalización de elementos policiales a nivel nacional). Se busca personal
con menos nivel académico, cuando debiera ser ya un estándar nacional contar
mínimo con educación media superior y como cereza de pastel se le paga un
promedio de 30% menos como si su labor no fuera igual o incluso más peligrosa
que los Policías Preventivos. Estamos hablando de que, un Policía Preventivo
tiene como mínimo casi el doble de formación que un Custodio Penitenciario,
desventaja que se ve agravada por el entorno laboral del segundo ya que el
personal que labora en los Centro Penitenciarios se encuentra con mayor estrés
laboral debido a las condiciones imperantes en un Centro de Reinserción Social,
es decir, literalmente se encuentran encerrados junto a las personas que deben resguardar
con todo lo que esto conlleva sin mencionar que no se llegan los estándares mínimos internacionales en cuanto a personal se refiere, que nos hablan de un Custodio por cada 10 internos.
Es importante
que se voltee la mirada de las autoridades a los Centros Penitenciarios
mexicanos, estamos perdiendo la oportunidad de oro de poder prever o
interrumpir acciones delincuenciales, lo anterior, a través de las Unidades de
Inteligencia Penitenciaria. Es un hecho que las Unidades de Recolección de
Inteligencia más eficientes comienzan en las prisiones, donde puede
interceptarse (si se tiene la capacitación adecuada) una gran cantidad de
información que puede coadyuvar la cumplimentación de investigaciones
policiales, interrupción de operaciones ilegales así como para la prevención de
delitos como extorsiones, homicidios, fraudes, etc.
Existen
cientos de teóricos del penitenciarismo en México, pero no así personal con experiencia operativa, de éstos
existen solo unos cuantos liderados por Enrique Thoth Verdeja Márquez, que por
su propia formación como Custodio Penitenciario ha generado a través del tiempo
dos obras literarias, es importante no desperdiciar esa experiencia operativa
que realmente puede generar un cambio positivo. Otro gran ejemplo a nivel
internacional es el de Gabriel “Gabe” Morales que, al igual que Enrique, con formación
como Custodio Penitenciario se ha vuelto uno de los más prolíficos autores de
pandillas latinas en Estados Unidos. Señores, es importante ver más allá de
teorías criminológicas o sistemas de justicia, ya que de nada sirven si quien
realiza la función de la Seguridad Penitenciaria se encuentra mal seleccionado,
mal capacitado y peor pagado; no todo es corrupción, no todo es incompetencia,
pero ésta, es la realidad que impera en el Sistema Penitenciario en México, nos
guste o no.
hidalgomontes@gmail.com
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