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jueves, 29 de noviembre de 2012

Seguridad Ciudadana.

  

Por: Criminólogo Roberto Jurado Palomares

 

En las agendas políticas y en las nuevas estructuras de gobierno se ha oído mencionar el tema de Seguridad Ciudadana; misma que; groso modo se refiere a las políticas publicas encaminadas hacia la prevención.
 
Y claro ha sido vendida como una nueva alternativa hacia el rescate de un tejido social, a una restructuración de seguridad pública y hacia una nueva etapa de conciencia ciudadana.
 
Ahora bien la responsabilidad de la  seguridad publica; se encuentra a cargo a cargo de la federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, en las respectivas competencias que La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala y la actuación de las instituciones policiales se regirán por los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo y honradez. A fin de proveer las acciones necesarias para dar seguridad al ciudadano y a su familia, así como garantizar el orden y la paz públicos.
 
En 1955 los Congresos de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. Correspondiendo a México el Instituto Latinoamericano de la Naciones Unidas para la Prevención del Delito (ILANUD) se acordó que:

 

·            Que los dineros distribuidos en Prevención de Delincuencia, no son gastos, sino inversiones a largo plazo.

 

·            Que la Política Criminal, no puede tratarse como un fenómeno separado de los demás, debe constituir parte de la Política Estatal.

 

·            Que la Política Criminal debe ser una tarea Multidisciplinaria.

 

Por tal motivo se inician las estrategias en donde se debe brindar seguridad (ausencia de riesgo) a la ciudadanía pero también a incluirla a través de la participación activa mejor conocida como participación ciudadana. Como dinámica de interacción “yo estado te “protejo”; pero necesito de tu cooperación activa iniciando con planes de Cultura de la Legalidad en los que te dejan el claro el viejo precepto de ley Ignorantia juris non excusat;  así también una corresponsabilidad en la construcción del tejido social y el aprovechamiento de espacios públicos.

 
Logrando delegar parte de la responsabilidad de la seguridad (ausencia de riesgo) a la misma ciudadanía, logrando una asertiva Cohesión social y una estrategia exitosa de política criminológica. Acuñando hasta ahora una Seguridad Ciudadana.
 
Hasta aquí todo esta correcto el problema empieza cuando confundimos conceptos como comités con los de consejos y de participación ciudadana con protección civil; Un Consejo Ciudadano esta constituido por ciudadanía y gobierno; un Comité solo por ciudadanos y la participación ciudadana es la participación activa de la ciudadanía para mejorar su entorno y por ultimo la protección civil se refiere a la protección y atención ante cualquier tipo de desastre.
 
Dentro de los programas que se han podido aplicar; se ha detectado varios síntomas reflejados en la sociedad siendo estos el resultado de una correcta aplicación y de su beneficio en la sociedad, no es necesario en este momento hablar de una disminución de los delitos o de las incidencias administrativas sino más bien de una correcta Integración de la Ciudadanía y una reducción en los índices de Criminalidad.
 
Si logramos un amplio interés de la ciudadanía por la participación en programas de prevención de la criminalidad, podremos lograr una magnifica amalgama entre autoridades y sociedad a través de grupos integrados por ciudadanos y servidores públicos que puedan fungir como observadores y críticos constructivos de los problemas que aquejan a la sociedad desde su particular óptica.

 De esta forma podremos lograr ahora si una disminución de los índices delictivos ya que se ha logrado una correcta aplicación del programa. Pero, el punto fino aquí es que ya involucramos a la Sociedad en los programas de prevención de la criminalidad; y estos a su vez servirán de multiplicadores para la aplicación de una constante Política Criminológica que surge desde donde se genera el problema se propone una solución, se evalúa las oportunidades que se tienen y se crea una constante renovación en los programas de Prevención de la Criminalidad.
 
Dejemos pues de criticar al ciudadano por no denunciar ya que no denuncia por que no tiene la confianza en un servidor público comúnmente tachado de corrupto o de ineficiente, mejor integrémoslo e involucrémoslo para que su óptica sea diferente. Que él esté implicado de manera vertical pero que también sea responsable de la seguridad ciudadana. Y también incorporemos a los servidores públicos para que se especialicen en la aplicación de programas de Prevención de la Criminalidad.
 
Nada se va a lograr con un policía por ciudadano o armando a la ciudadanía, es un problema que se debe de solucionar en conjunto y con programas asertivos en materia de prevención de la criminalidad.
 
La constante lucha del ser humano por vivir en sociedad se ve minada al momento de ser invadida por actos o acciones que lo o los lesiona en su familia, comunidad o municipio, y en su mayoría buscan una seguridad pública de reacción inmediata que le brinde solución a al problema.
 
Si no existe una cultura por la prevención de la criminalidad no podemos hablar de servicios de seguridad pública en materia de prevención ya que estos serian más bien de reacción, apostemos a la integración de los servicios de seguridad pública y de los servicios de seguridad ciudadana.
 
La necesidad de una firme creación de programas para la Prevención de la Criminalidad no obedece a un constante cambio sino más bien a una adaptación necesaria para cada una de las diferentes regiones de nuestro Estado, se requiere también de una contante evaluación para que se estime la funcionalidad de los Programas de Prevención de la Criminalidad, de los aplicadores, de los responsables de los programas y de la misma ciudadanía recordemos que nuestra delincuencia es el Síntoma de nuestra sociedad.

 

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