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domingo, 2 de diciembre de 2012

Tiempos Deshumanizados


Por: Mtro. Eduardo García Anguiano.


Concluye la derecha en México. Tuvo sus claroscuros, quizá se le recuerde como la administración de la muerte, tal vez otros mas que recordarla, quieran relegarla.

2007: dos mil 826 asesinatos, 2008: seis mil 837, 2009:11 mil 753, 2010: 119 mil 546, 2011: 24 mil 068 y 2012: ¿Cuántos? El semanario Zeta estima que en este año la cifra llegará a un total acumulado de alrededor de 83 mil muertos; otros creen que serán más, el dato exacto no sé si lo podamos registrar por nombre y apellido, algunos conocidos, los más, anónimos.


Sobre la violencia en cierta ocasión escribí “…concluyó la intervención francesa cuyo episodio bélico trajo consigo 38 mil muertos aproximadamente... Porfirio Díaz embarcó para Europa en el vapor alemán ‘Ypiranga’ acompañado por su familia... tiempo después se desató la Revolución que dejó alrededor de un millón de muertos”.

Cito los anteriores datos para dar dimensión a los hechos violentos de los últimos seis años, que heredan al gobierno siguiente un problema donde prevaleció: la estrategia sobre la visión, los puntos de vista dogmáticos sobre los de Estado, la separación entre sociedad y autoridades por la seguridad, el reparto de culpas entre ámbitos de gobierno y entre países y la expansión de la cultura de la muerte, o sea, el desplome de la moral.


Diversos analistas han documentado con precisión, como Eduardo Guerrero, los alcances de la violencia en el desarrollo político nacional, con una conclusión nada halagadora para el país: aumento en las violaciones a los derechos humanos, retroceso en la libertad de prensa, crisis en gobiernos locales y disminución de la confianza de los mexicanos en las autoridades.

a se enteró de la muerte de Maximiliano hasta el 14 de enero de 1868, y se lo notificaron porque al día siguiente llegaron sus restos procedentes de México que habían sido embarcados en la ‘NOVARA’ en noviembre pasado en Veracruz” y así mi estimado, concluyó la intervención francesa cuyo episodio bélico trajo consigo 38 mil muertos aproximadamente.

• Daba otro sorbo de café y continuaba leyendo: “el 31 de mayo de 1911 Porfirio Díaz embarcó para Europa en el vapor alemán ‘Ypiranga’ acompañado por su familia. Se fue a vivir a París…”, haz memoria, tiempo después se desató la Revolución y por si no sabes hubo en esa época más o menos un millón de muertos.

• En diferentes momentos pero qué episodios ¿no? y le pregunta a su acompañante: ¿a dónde se irá Calderón?, no sabría decirte camarada –y aprovechó para dar sus datos– pero lo que sí leí fue que en o a consecuencia de la guerra emprendida contra el narcotráfico, suman ya 60 mil 420 muertos, sean delincuentes, policías, efectivos del ejército, marinos, civiles y además, defensores de los derechos humanos considerados como “daños colaterales” por el gobierno federal.

Pues que se vaya a Europa y adiós providas, yunques y demás demonios disfrazados de ángeles. Mira, ve ese periódico que trae aquella chica ¿qué hará tu “cuate” Jesús sentado al lado del dirigente del PAN?, pues amarillos y azules se unen, izquierda y derecha juntas estimado compañero, qué otra cosa quieres que te diga.
Paralelamente, tenemos el lado humano expresado en el impacto que ocasiona la muerte por violencia en las personas: lesiones sicológicas y emocionales sufren quienes tuvieron la pérdida de un familiar o su desaparición, sean deudos de nacionalidad mexicana, centroamericana o de otras latitudes.

En otros países las autoridades han dado muestra de sensibilidad ante problemas con impacto social, como se dio recientemente en España, donde detuvieron los desahucios de familias vulnerables que cayeron en deuda hipotecaria debido a los suicidios ocurridos y demostraron así, que las medidas de gobierno pueden ser modificadas cuando la vida humana está de por medio.

Es por ello que la administración que expira debe una explicación a los deudos de la violencia generada por sus políticas, porque cada vez que en el país los gobernantes son apoyados por los grupos conservadores, se termina con hechos trágicos; “quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”, reza la famosa frase.

Ante la situación que nos tocó vivir, no debemos permitir que se derrumbe la moral; muchos han sido valientes porque no se paralizaron ante la desesperación, sobrevivieron con firmeza de alma, paciencia, perseverancia, y con su ejemplo, nos enseñaron que la muerte tiene relevancia porque hace reflexionar sobre el valor de la vida.

A todos solidaridad; que la evocación de sus nombres dignifique y no se pierdan como lágrimas en la lluvia porque perecieron en tiempos deshumanizados.


@EGAnguiano



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