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miércoles, 19 de diciembre de 2012

El Símbolo.



Por: Criminólogo Roberto Jurado Palomares


Dentro de las referencias que actualmente se ocupan en el ámbito de la Criminología es la del análisis simbólico de las lesiones en las cuales el investigador se da a la tarea de poder relacionar el “símbolo, la simbolización y lo simbolizado”; así también descartar cualquier tipo de emblema; pero si saber de distinguir de nuevos símbolos delictivos.

En algunos casos el símbolo se va modificando de acuerdo al delincuente hasta crear una firma o patrón de conducta que lo identifica y distingue; símbolo que en apariencia es inconsciente y es ahí donde debe el criminólogo poder interpretar y escudriñar la mente del criminal para poder descifrar discursos que parecieran provenientes de la ciencia ficción aunque en la realidad supera ya en mucho a la ciencia ficción.

A continuación mencionaremos una serie de aproximaciones en cuanto a la interpretación simbólica.

El Punto

Interpretación: Ubicación de un encuentro, fenómeno de significación concreta, punto de cruce, el centro de.

Analogía: Cuando en el cadáver existe una sola lesión contundente en forma de punto, una amputación o una simbolización en el cuerpo de la víctima o en su defecto una simbolización en el escenario criminógeno.

Hipótesis de simbolización: Implica una forma de personalidad que desea el cambio de manera inmediata o la necesidad de desplazamiento, egocentrismo, narcisismo, puede concebir a la víctima como si fuese un objeto. Representa el inicio de toda acción criminógena e indica que completará el ejercicio dañoso con otros elementos destructivos contundentes a posteriori.

La Línea

Interpretación: Como la alineación sucesiva de acciones, completa la sensación de continuidad del ejercicio antisocial.

Analogía: Se analiza en el cuerpo de la víctima la lesión que puede ser en línea horizontal, vertical, oblicua y curva. En el escenario criminógeno por tanto, se observará si las simbolizaciones mantienen dicha morfología.

Hipótesis de simbolización:

Línea Horizontal: Representa simbólicamente el peligro que se encuentra a los lados (el sujeto “sabe” inconscientemente que algún testigo lo observó cometer la acción destructiva) o la descripción de estos, algo que puede controlar y dominar. De manera compulsiva puede cerrar puertas y ventanas en el escenario con cierta torpeza, se asocia además con cuestiones auditivas o en su defecto la investigación versa sobre la interrogación hacia los vecinos que se encuentran a ambos lados donde se realizó la situación-problema.

Línea Vertical: Es el elemento activo dentro del ejercicio ilícito. Se dice entonces que el sujeto como un reflejo innato de ataque concibe a los brazos no solo como palancas sino también, representa el ejercicio de poder para manipular determinada situación, y a través de los brazos y manos, compensar un sentimiento de inferioridad, minusvalía social, inseguridad o necesidad de reconocimiento, de aprehender al mundo por medio de la agresión o la violencia.

Línea Oblicua: Indica sospecha, confabulación, suspicacia, desconfianza. Sospecha patológica de persecución o de realizar un “buen trabajo”, astucia. Pero cuando la línea es descendente se analiza en relación a sentimientos pasionales  o genitalidad.

Línea Curva: El ser humano lo relaciona con la bóveda y por ende, la sensación que ello genera, indica también; “el llevar consigo siempre su misma persona” (por ejemplo en el caso de actores que involucran rituales de despedida en los techos o partes superiores de los escenarios problema), sensación de omnipresencia. Pueden en determinados casos considerar el acto ilícito como una forma particular de trascendencia es decir, que colaboró para que la víctima llegará a la felicidad permanente a su vez, el sujeto eterniza equiparándose a la divinidad ya que en sus manos tiene el don de manipular la vida y la muerte. Por otro lado, acumular preseas criminógenas y en última instancia concebir la acción transgresora como un acto competitivo en el quehacer criminógeno.

El Triángulo

Interpretación: Dirección de frecuencia, estabilidad, firmeza, señal, conflicto, espera o paciencia, soportar o tolerar, instrumento de acción, balanza, limitación, alarma, fuego o agua.

Analogía: Si en el cuerpo de la víctima se advierte una o más  lesiones en forma triangular o en el escenario criminógeno se localizan simbolizaciones que correspondan a la geometría indicada.

Hipótesis de Simbolización: Dos elementos significativos se contraponen en la investigación de este tipo de simbolizaciones, la fuerza de atracción hacia las pasiones (fuego) y el choque irrestricto ante el embate de la realidad cuando el triángulo es equilátero. Si por el contrario se aprecian dos triángulos escindidos     (me refiero a dos triángulos contrapuestos por la base, de frente y los vértices horizontales) se presume una personalidad conflictiva orientada quizás al pasado o al futuro con relación al ejercicio ilícito entonces, la evaluación se sustenta en el análisis de la figura mayormente enfatizada –y en todo caso al espacio entre las dos- para posteriormente, vincular dicha actividad con el modus operandi. Los sujetos que simbolizan o lesionan en forma triangular casi siempre son de constitución atlética, esto se aprecia en el trabajo de campo en delitos donde inconsciente o conscientemente el actor maneja determinados códigos a interpretar por los investigadores.

Hemos encontrado también simbolizaciones características donde se aprecian señales de arriba-abajo, más-menos, espera-vigila, cuando la base de los triángulos se encuentran de frente y los vértices en los extremos en posición vertical. En suma, se trata de sujetos activos, carácter fuerte (pero limitados para expandir sus objetivos), aparentemente apacibles aunque altamente destructivos si el caso lo requiere, gustan de la intimidad y en ciertos casos tienen un domicilio o escondrijo que solo ellos conocen.

El vértice hacia abajo es propio de lesiones producidas por mujeres. Personalidad mesurada en el hablar, pensar y actuar, conocimiento de los estadios del ser humano; nacimiento, vida y muerte, el ilícito como prueba de inteligencia y sagacidad, principio de la progresión dialéctica (tesis, antítesis, síntesis), el delito como trabajo “perfecto”.

El Cuadrado

Interpretación: Sensación de estar dentro de una habitación, suelo, techo y paredes, resguardo, idea simbólica de la tierra, los cuatro puntos cardinales, los cuatro puntos extremos de la comunidad-ciudad.

Analogía: Si en el cuerpo de la víctima se advierte una lesión en forma de cuadrado o en su defecto si en el escenario criminógeno se localizan simbolizaciones que formen esa figura.


Hipótesis de Simbolización: Individuo de poca movilidad, más bien estático, de pensamientos limitados, se orienta a la religiosidad y en los excesos se torna fanático (los ayunos y la penitencia son relevantes para “purificarse”), gusta de escribir pensamientos en forma de poesía romántica en cuartetos, de expresiones medianamente vulgares, lenguaje corto, dado a los discernimientos relacionados con la arquitectura (conocimientos técnicos o carrera trunca o aficionado), personalidad oscilante entre lo adverso y la protección, se percata obsesivamente de los horarios para dañar, gusta de la música en compases armoniosos y suaves, supersticioso, convivir con la naturaleza es una de sus máximas, “ecologista”.

El Círculo

Interpretación: Idea del curso del tiempo, unidad de vida o imagen dadora de vida, eterno presente –existencialista-, sin principio sin fin, girar en torno al centro como parte integrante o totalidad, el actor se sitúa de acuerdo al círculo fuera o dentro, vida activa, simbolización de la pulsación de vida como el corazón (sístole y diástole), abandono de un lugar protegido, impulso sexual, imagen del sol.

Analogía: Si en el cuerpo de la víctima se advierte una lesión circular, cercana al cuerpo o como en el caso de ritos satánicos e inclusive si, las simbolizaciones en el escenario mantienen dicha construcción.

Hipótesis de Simbolización:

Interior del Círculo: Impulso hacia adentro. El sujeto se encuentra en  un estado de constricción, temor a lugares cerrados, el ejercicio criminógeno representa una liberación de ideas o pulsiones para no encerrarse en sí mismo, el actor considera su ejercicio como una forma de sobrevivencia libertaria.

Del Centro Hacia Fuera: el activo manifiesta características extrovertidas, locuacidad, pulsional y/o comportamental, facilidad para entablar relaciones interpersonales, manipulador, probablemente verborreíco, dificultad para el control de los impulsos.

La Cruz

Interpretación: Como signo magistral, el punto de intersección entre las líneas representa localización o topografía, signo de “más”, sentimiento religioso, figura humana, crucifixión o expiación, eliminar, barrera, abierto hacia arriba, vasija, copa, abierto hacia abajo, techo o techado, tienda de campaña, simetría, los espacios interiores sugieren actividad dinámica.

Analogía: Si en el cuerpo de la víctima se advierten una o más  lesiones en forma de cruz o en el escenario criminógeno se localizan simbolizaciones que correspondan a la geometría indicada.

Hipótesis de Simbolización: Se autoconcibe con ciertos dones de “invisibilidad”, piensa que la autoridad nunca va a poder capturarlo, se deja crecer las uñas –del dedo meñique- o se las cuida con esmero, prefieren el frío (clima, bebidas, relaciones, etc), se asocia con los brazos para “agarrar” al entorno, autoculpa constante y puede llegar a infringirse dolor con objetos (escarcificaciones, heridas, etc.), necesidad de una pareja que le apoye para no cargar él solo el “peso del mundo”, hablan del suplico como una especie de destino, sujeto que se encuentra en una encrucijada, diurno preferentemente, se persigan con asiduidad, poco hábiles para la observación, colateral al delito cometido lo acompañan con robo,  pueden tener dolencias o enfermedades en los pies.

La Flecha

Interpretación: Representa dirección, resistencia a una fuerza opositora, progresión a través de la materia, movimiento, descubrimiento o descubrir, observar, reacción de alarma, supervivencia, arma primitiva, vulnerabilidad, agresividad, miedo, señal de giro, vida o muerte, noción de impacto, destino.                                                                                                                                                 


Analogía: En el escenario problema, post-problema o en el cuerpo de la víctima se advierte una lesión en forma de flecha horizontal, vertical, semicircular.


Hipótesis de simbolización: El pensamiento y la reflexión son característicos en este tipo de personalidades (acorde a sus expectativas y entorno sociocultural), gustan de fecundar “porque sí” (en algunos delitos sexuales se han encontrado simbolizaciones a manera de graffiti combinados con círculo y flechas), generalmente no atacan a niños, aborrecen las reglas y las normas, las órdenes o cualquier tipo de imposición, conciben el delito como una forma de emancipación, creen frecuentemente que anticiparse a las autoridades en el modus operandi les permite poner distancia de por medio y, por tanto, idealizan la probabilidad de la captura, conflictos para identificarse con personajes reales o ficticios, o identificaciones estereotipadas, intuitivos, rápidos para la toma de decisiones, en determinadas situaciones muerden a la víctima (connotación más inconsciente que racional para idealmente, apropiarse de una parte del poder de ella), indicativo de culminación de un trabajo –como en el homicidio-. Si la flecha se acompaña con arco la investigación se orientará seguramente hacia conflictos afectivo-pasionales, aprecian los viajes o cambiar de medio ambiente, sujetos ágiles (más bien delgados), poco formales en fin, asertivamente eficaces en la tarea delictiva.


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